El tiempo en: Conil

San José recibe la Medalla de la Ciudad aprobada en el Pleno de la Corporación

Hace diez años que la Asociación Cultural Cofrade ?La Venera´ solicitó el reconocimiento municipal aprobado el pasado viernes, fecha en que se celebran los desposorios de José con María.

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
  • El hermano mayor enseña la medalla recibida de manos del alcalde -
Día grande para la Hermandad de San José después de diez años esperándolo. Y no sólo los josefinos gozaron con el solemne acto que siguió al pontifical oficiado por el obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos Atienza, a quien el alcalde le recordó que San Fernando es su casa tras conocerse que ha solicitado su renuncia.

Cientos de personas se congregaron en la Iglesia Mayor de San Pedro y San Pablo para ser testigos de cómo el Ayuntamiento, o lo que es lo mismo, la ciudad, honraba a su Patrón concediéndole la alta distinción. Porque la veneración del pueblo, obviamente, es una constante desde hace más de doscientos años.

Y decenas de ellas visitaron el templo a lo largo del día que estuvo en besamanos la imagen de San José, escoltada por los josefinos, como punto y seguido a aquella aventura que inició la Asociación Cultural Cofrade La Venera, que fue la que solicitó la concesión de la medalla al Patrón de San Fernando.

Día feliz para los jóvenes que han luchado contra viento y marea y no pocas críticas por realzar el culto a San José, de asociación parroquial a hermandad y de ahí al reconocimiento de la Corporación municipal, representada en el acto con el alcalde, Manuel María de Bernardo, al frente.

El Consejo de Hermandades, la Federación de Asociaciones de Vecinos Isla de León y la Asociación de Vecinos San José, además de hermanos antiguos y fundadores de la cuadrilla de cargadores hicieron las ofrendas en la ceremonia religiosa, que finalizó con el canto de la Salve josefina.

El acto civil
Luego, en el acto civil iniciado por la Agrupación Municipal de Música y tras la lectura del acta de concesión de la medalla por parte del delegado de Cultura, Francisco Romero Herrero, intervino el ex presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías y hermano josefino, Manuel Muñoz Jordán, quien glosó la figura religiosa del esposo de la Virgen María basándose en el evangelio de San Mateo. “San José se había comprometido en ceremonia pública a casarse con la Virgen María, pero al darse cuenta de que Ella estaba esperando un hijo sin haber vivido juntos los dos, y no entendiendo aquel misterio, en vez de denunciarla como infiel, dispuso abandonarla en secreto e irse a otro pueblo a vivir”.

Y dice el evangelio que su determinación de no denunciarla, se debió a que “José era un hombre justo, un verdadero santo”. Este es un “enorme elogio que le hace la Sagrada Escritura. En la Biblia, ser justo es lo mejor que un hombre puede ser”, dijo Muñoz Jordán.

Han sido muchos los santos que han ensalzado la figura del Santo José, pero sobre todo, la que más propagó su devoción fue Santa Teresa de Jesús, “que fue curada por Él de una terrible enfermedad que la tenía casi paralizada, enfermedad que ya era considerada incurable”, contaba Muñoz Jordán.

“Le rezó con fe a San José y obtuvo de manera maravillosa su curación. En adelante esta santa ya no dejó nunca de recomendar a las gentes, que se encomendaran a Él. Y repetía la santa Teresa: Otros santos parece que tienen especial poder para solucionar ciertos problemas, pero a San José le ha concedido Dios, un gran poder para ayudar en todo”.

Hacia el final de su vida, la mística fundadora decía: Durante 40 años, cada año en la fiesta de San José le he pedido alguna gracia o favor especial, y no me ha fallado ni una sola vez. Y seguía diciendo; les digo a los que me escuchan que hagan el ensayo de rezar con fe a este gran santo, y verán que grandes frutos van a conseguir.
“Y es muy significativo que, a todos los conventos que fundó Santa Teresa, le puso por patrono a San José”, dijo el hermano josefino encargado de glosar la figura del santo, manifestando que el mayor dolor de San José fue la separación de Jesús y de María al llegarle la hora de morir. “Pero a este sufrimiento le siguió la alegría, la paz y el consuelo de morir acompañado de los dos seres más santos de la tierra. Por eso invocamos a San José como Patrono de la Buena Muerte, porque tuvo la muerte más dichosa que un ser humano pueda desear: morir acompañado y consolado por Jesús y María”.

El santo del silencio
Muñoz Jordán dijo que que San José, es el “santo del Silencio. Es un caso excepcional en la Biblia: un santo al que no se le escucha ni una sola palabra. No es que haya sido uno de esos seres que no hablaban nada, pero seguramente fue un hombre que cumplió aquel mandato del profeta: Sean pocas tus palabras. Quizás Dios ha permitido, que de tan gran amigo del Señor no se conserve ni una sola palabra, para enseñarnos también a nosotros a amar en silencio”.

Acto seguido se procedió a la imposición de la medalla a la imagen del Patrón San José, tras entregársela el alcalde al hermano mayor, Juan Manuel Rueda Cebada. Fue éste quien tuvo el honor de colocarla en el pecho de la imagen donde lucirá a partir de ahora.

Luego se procedió al descubrimiento del pergamino que recoge la concesión de la Medalla de la Ciudad a la sagrada imagen, que permaneció cubierto con un lienzo durante toda la ceremonia hasta el momento de entregarlo a la hermandad.

Juan Manuel Rueda Cebada manifestó que “el honor de las personas, no pocas veces, consiste en aprender a callar para que otros hablen. Bendito Patriarca, poner palabras al silencio de tus acciones es tan sencillo como dificil es igualar la grandeza de ellas. Pero hoy, sinceramente, casi nos dejas sin saber qué decir ¿Cómo íbamos a imaginar, hace diez años, que ibas a hacer realidad este sueño en tu Hermandad y que tendríamos la suerte de vivirlo? Ahora comprendemos la lección. Eres, sin duda, maestro y ejemplo de creer en los sueños... Por eso Dios está contigo, en tus brazos”.

“Todo lo que somos”
Rueda Cebada dijo -dirigiéndose a San José- que la Medalla concentra “todo lo que somos, nuestras grandezas y nuestras miserias”. En sus perfiles, se dibujan las luces y sombras de la Historia que fluye por esas aguas y que avanza, en un sentido u otro, por un puente simbólico; Historia común resumida en una fecha grabada en el oro metal: 26 de noviembre, el día del Voto, junto a un nomhre propio: Muy Leal y Constitucional Ciudad de San Fernando. Aquí, Señor, ante tu presencia, se inició el camino que culminó en la Carta Magna que la providencia quiso que viera la luz el día en que celebramos Tú onomástica: Un 19 de marzo de 1812”.

El hermano mayor de la Hermandad de San José expresó su “infinita gratitud por esta distinción” al alcalde de la ciudad y a toda la Corporación y su “sensibilidad por tener presente a nuestro Patrón en un año tan especial para la ciudad. Doscientos diez años después del Voto y de su nombramiento como Patrón, con la Medalla de la Ciudad prendida del pecho, San José tiene todavía más cerca a su Isla: Salus nostra in manu tua est”. finalizó.

Tras la interpretación de la marcha El Santo Patrón, de Germán Álvarez Beigbeder, por parte de la Banda Municipal de Música, el alcalde de San Fernando, Manuel María de Bernardo, hacía el ofrecimiento en nombre de la ciudad, finalizando el acto con la interpretación de los himnos de Andalucía y España.

Una fecha significativa
El que se eligiera esta fecha del 26 de noviembre, el viernes pasado, para celebrar el plenario de la Corporación, “no es casualidad, todo lo contrario”, había dicho Manuel Muñoz Jordán. El alcalde y los concejales,había deseado que la aceptación unánime por su parte, fuera en ese día tan señalado para la hermandad, como es la fecha de los desposorios de José con María y coincidente con la función anual del voto, que cada año aplica el Ayuntamiento desde hace dos siglos.

“Las gracias concedidas a través de la historia por el Bendito Patriarca Señor San José, a esta noble ciudad de San Fernando, cuando por aquel entonces era Villa de la Real Isla de León, como fue la grave epidemia de fiebre amarilla, y otros beneficios que ya todos conocemos por desgracias similares acaecidas a los vecinos de la Isla de León, son motivos más que suficientes, que justifican por si solo, la digna condecoración que nuestro Ayuntamiento ha otorgado, y que la hermandad recibe en nombre propio y de toda la ciudadanía isleña, con el orgullo y gratitud hacia la Corporación Municipal”.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN