Cinco barriadas se unen contra la instalación de un crematorio

La próxima construcción de un horno crematorio en el Cementerio de la Merced tiene ya como grupo opositor a las asociaciones de vecinos de hasta cinco barriadas del entorno más próximo al camposanto: El Pimiento, El Pinar, La Pita, La Milagrosa y La Marquesa.

Los cinco colectivos se reunieron el pasado viernes en asamblea con el objetivo de desarrollar un calendario de acciones encaminado a abortar la construcción de este horno crematorio. Las primeras medidas aprobadas por los representantes vecinales pasan por el envío de un escrito a la alcaldesa, Pilar Sánchez, en el cual demandan una reunión de carácter informativo en el transcurso de la cual el Ayuntamiento aclare qué es lo que se va a hacer exactamente en el marco de la privatización de la gestión del Cementerio.

A la espera de ser recibidos por la primera autoridad municipal, los representantes vecinales inician ya estos días una recogida de firmas a través de la cual se pretende dejar clara la oposición al proyecto de las 3.600 familias que habitan la zona.

Según el presidente de la asociación de vecinos de El Pinar, Manuel Cazorla, el objetivo es ir “casa por casa” para sumar el mayor número de apoyos posible a la causa. En caso de que el desarrollo del proyecto se mantenga inalterable a pesar de esta oposición ciudadana, los colectivos vecinales no descartan la posibilidad de adoptar otro tipo de medidas más contundentes.

En opinión de Cazorla, el problema tiene su origen en la necesidad del Ayuntamiento de recaudar dinero “de donde sea”, aunque sea “a costa de la salud” de los propios vecinos. El portavoz de esta incipiente plataforma advierte de que distintos estudios científicos estiman que las emisiones que producen este tipo de hornos crematorios afectan a la salud de las personas mayores, los niños pequeños y las gestantes, recordándose que el crematorio va a levantarse a pocos metros de un centro escolar.

Los vecinos “no pueden consentir” que en un futuro más o menos próximo tengan que convivir con un equipamiento de estas características. Cazorla pone como ejemplos los casos de Morón de la Frontera (Sevilla) o Bilbao, cuyos vecinos se han opuesto frontalmente a la construcción de un horno crematorio en el entorno de sus viviendas.