La mala calidad del aire no es sólo un problema de salud -acorta la esperanza de vida de unas 25.000 personas en España cada año-; es también un problema medioambiental que deteriora gravemente la biodiversidad y un problema económico cuyo impacto superará los 30.000 millones de euros en el año 2030.
Así lo han plasmado un grupo de investigadores en el informe "Calidad del aire: avances y mejores prácticas" que han entregado al Congreso, en el que han corroborado que las evidencias científicas señalan ya que la pérdida de calidad del aire derivada de la contaminación atmosférica es uno de los principales problemas de salud pública en España y en Europa.
El Congreso de los Diputados acoge hoy la segunda jornada de la "Semana C", durante la cual se van a presentar tres de los seis nuevos informes que ha elaborado la Oficina de Ciencia y Tecnología del Congreso (conocida como "Oficina C") que se puso en marcha hace tres años para asesorar a los parlamentarios y propiciar que la toma de decisiones y la labor legislativa se base en el conocimiento y la evidencia científica.
Hoy se presentan en la cámara baja tres informes: "Calidad del aire: avances y mejores prácticas"; "Avances en neurociencias: aplicaciones e implicaciones éticas"; y "Envejecimiento y bienestar".
Contaminación por encima de los niveles recomendados
El referido a la calidad del aire ha sido elaborado por veinte científicos de numerosos centros de investigación y universidades de varios países, entre ellos el catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid Rafael Borge; el profesor de investigación Xavier Querol (miembro de varios grupos de calidad del aire en la Organización Mundial de la Salud); o Marta García Vivanco, jefa de la Unidad de Modelización Atmosférica del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT).
Los investigadores han valorado la utilidad de las políticas que se han implementado durante los últimos tiempos en Europa para reducir la contaminación y sus efectos adversos, aunque han advertido de que son insuficientes.
Las evidencias científicas revelan que cada año las partículas en suspensión acortan la vida de unas 17.000 personas en España; el dióxido de nitrógeno de unas 4.800; y el ozono de unas 2.400; y que esa contaminación aumenta la morbilidad, ya que provocan cáncer y causan o agravan otras muchas enfermedades.
El informe señala que en una gran parte del territorio español y de la Unión Europea superan "ampliamente" los niveles de contaminación del aire recomendados por la Organización Mundial de la Salud, y que España tiene una red de vigilancia adecuada a los estándares internacionales, pero que existen avances científicos y tecnológicos que podrían ser útiles para reforzar las tareas de vigilancia y de protección.
El envejecimiento: una oportunidad y un reto
El trabajo sobre "Envejecimiento y bienestar" que ha recibido el Congreso -y que se presenta también hoy- pone el acento en que la longevidad es una oportunidad pero también un reto, ya que las personas mayores se enfrentan a dificultades como la pérdida de la autonomía personal, la soledad no deseada o la brecha digital.
El aumento de la esperanza de vida es también un reto para la sociedad, ya que el envejecimiento conlleva un aumento de las pensiones de jubilación y un mayor uso de los sistemas sanitarios y de los servicios sociales, han corroborado los científicos que han participado en este trabajo, que han alertado que la reciente pandemia a causa de la covid evidenció las debilidades del sistema.
Han participado en este trabajo, entre otros, la directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), María Blasco; la catedrática de Economía de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Beatriz González; o el jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Getafe, Leocadio Rodríguez, director del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) de Fragilidad y Envejecimiento Saludable.
España es el tercer país europeo con más personas mayores -el 20 por ciento de la población es mayor de 65 años y este porcentaje aumentará durante las próximas décadas-, han señalado los investigadores, que han observado que los cuidados siguen recayendo mayoritariamente en las mujeres o que es habitual que la atención domiciliaria recaiga sobre trabajadoras migrantes sin formación para el cuidado.
Los investigadores avanzan que los cuidados se van a hacer cada vez más complejos y aumentará la demanda de personal formado, pero han advertido que la provisión de servicios no declarados puede conducir "a abusos y precarización", y han abogado por simplificar la gestión del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia, por acortar los tiempos para obtener prestaciones y servicios y por eliminar las desigualdades entre comunidades autónomas.