Aguas de Cádiz ha reconocido el vertido de agua potable desde el Castillo de San Sebastián el pasado mes de agosto, pero no concreta la cantidad, y elude hablar de fuga como causa como hizo el Ayuntamiento.
En la respuesta dada por parte de la empresa municipal a uno de los denunciantes de la incidencia, se indica que la apertura de las instalaciones se llevó a cabo “después de muchos años sin uso y una red interior antigua”.
Aguas de Cádiz aclara que colaboró “en este caso con el Ayuntamiento de Cádiz mediante la cesión de dos fuentes de beber para el público” y apunta que “el vertido ha sido consecuencia de las incidencias propias de la instalación interior”. Finalmente aclara que se tomaron las medidas oportunas para evitar la pérdida de agua. Fuentes del equipo de Gobierno, por el contrario, explicaron que se trataba de “una fuga”.
Los denunciantes remarcan que la misma pregunta realizada a Aguas de Cádiz se registró en el Ayuntamiento, pero no ha habido respuesta. La que han recibido, agregan, les da la razón y se ajusta alo que “el técnico del servicio nos dijo” en primera instancia, que se “trataba de un flujo constante para evitar la contaminación del agua por la antigüedad de las tuberías”. “Cantidades desorbitadas de agua (650 hectómetros cúbicos, calcula) han sido desperdiciadas para que el personal pueda disfrutar del atardecer gaditano”, lamenta en redes María Camacho.
