El tiempo en: Conil
Publicidad Ai
Publicidad Ai

El Loco de la salina

Simpatía, bonito nombre

Me quedé sorprendido de la capacidad de estos actores cañaíllas para hacer reír, que es la cosa más complicada que existe

Publicado: 24/11/2024 ·
14:15
· Actualizado: 24/11/2024 · 14:19
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

VISITAR BLOG

Hacía tiempo que no se me quedaba en la cara una sonrisa tan agradable. Todo fue porque el director me dio permiso para escaparme a ver una obra de teatro en el Real Teatro de las Cortes. Desde que me ingresaron en esta casa de dementes, yo estaba seguro de que el peligro me podría venir siempre de mis compañeros de manicomio, gente loca e informal como yo, de la que se puede esperar cualquier cosa menos sensatez. Estaba equivocado. La gente formal puede llegar a ser bastante peligrosa, entre otras cosas porque no le importa ponerse a la complicada tarea de asesinar a alguien, aunque sea a base de calambrazos.

Y de eso me ha convencido la obra de teatro que vi este pasado jueves día 21 de noviembre: Cuidado con las personas formales. La representó el Grupo Simpatía de Teatro, del Círculo de Artes y Oficios. Me quedé sorprendido de la capacidad de estos actores cañaíllas para hacer reír, que es la cosa más complicada que existe, porque hacer llorar en este valle de lágrimas es moneda de uso común y está al alcance de cualquiera, pero hacer reír es un privilegio reservado a los buenos actores. Me encantó no solamente la trama cómica que me tenía en permanente estado de atención, sino la manera de interpretarla por parte de sus cinco actores y sus cinco actrices, Jacinto Cano, Juan Luis Moreno, Diego Aragón, Nani Luna, Petri Aragón, Rosa Goma, Claudia Aliandri, Manolo Delgado, Angelina Vallejo y Alejandro Rodríguez, y también el trabajo de Pepa de España, su directora, que con un escenario tan sencillo como efectivo, nos hicieron pasar una tarde muy divertida.

Mi enhorabuena más sincera al Grupo Simpatía. No son profesionales de la escena, son gente encantadora, simpática y aficionada que ha tenido que sacar tiempo para ensayar, soportar incomodidades, repeticiones tediosas, nervios a manojitos, ejercicio de la memoria a veces duro… Mi hermano Jesús me contaba riéndose que una vez intervino en una obrita con una pequeña frase. Solo tenía que entrar en escena y decir: Aquí está el chocolate para el señorito. Después de ensayarla un millón de veces, siempre entraba diciendo: Aquí está el chocorito para el señolate. Por eso, admiro ese esfuerzo, ese temple y esa maestría que han demostrado estos cañaíllas sobre las tablas del viejo Teatro. Horacio, el gran poeta latino, les aconsejaba a los comediantes: Si quieres que yo ría, primero has de reír tú, y por eso estoy convencido de que ellos también habrán disfrutado y reído lo suyo montando esta obra surrealista y traviesa. Ellos, con su arte, han dejado más que demostrado que no hay que fiarse de las personas formales, sino más bien de nosotros los locos que no nos metemos con nadie. Y sin embargo seguimos aquí encerrados.

Quiero también felicitar al Ayuntamiento por ese empujón a la cultura y por dedicarle en el digno Real Teatro de las Cortes un amplio espacio de tiempo al numeroso Teatro aficionado que lucha en La Isla por esta bonita afición. Que no decaiga, porque aquello estaba lleno hasta la bandera, y el interés era extraordinario.

Después leí que esta obra estuvo escrita por Alfonso Paso y fue estrenada en el Teatro Alcázar de Madrid el 19 de agosto de 1960, es decir, en plena época de postguerra. Quiere decir que la vena cómica en algunos cuerdos no se apagó ni siquiera en plena y triste dictadura.

Me volví al manicomio con el vivo deseo de asistir a otra obra de teatro aficionado y darle aliento a las células grises del desquiciado cerebro que mi cabeza encierra. Gracias a vosotros, Grupo Simpatía. Hasta la próxima.

  

                                                                                                    

 

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN