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Málaga

El aguardiente, un licor artesanal que no entiende de inteligencia artificial

Solo es necesario un utensilio fundamental, el alambique, y así lo revindican los vecinos de Jubrique, una pequeña localidad malagueña de la Serranía de Ronda

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  • Alambique. -

El aguardiente, un licor artesanal que no entiende de la inteligencia artificial. Solo es necesario un utensilio fundamental, el alambique, y así lo revindican los vecinos de Jubrique, una pequeña localidad malagueña ubicada en la Serranía de Ronda.

Este pueblo siempre ha sido conocido por los foráneos como ´Jubrique el del aguardiente`, por su larga tradición en la elaboración de este licor. Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando alrededor de las tres cuartas partes de los campos de la localidad eran viñedos, ha explicado a EFE el alcalde de este municipio, Alberto Benítez.

Se conoce que durante aquella época llegó a tener unos 70 alambiques repartidos entre el pueblo y sus alrededores. Desde aquel entonces el licor es reconocido por su calidad en muchos puntos de la geografía, hasta el punto de que para referirse al pueblo, los visitantes lo hacían como ´Jubrique el del aguardiente´.

Con el paso de las décadas, la llegada de la filoxera y con el trabajo de elaboración y comercialización de este licor en manos de destilerías profesionales, la actividad se vio gravemente mermada.

En los últimos años, gracias a la puesta en marcha de un concurso de aguardiente, numerosos vecinos se han animado a comenzar a destilar lo que, sin duda, contribuirá a perpetuar en el tiempo el proceso de elaboración tradicional de este licor.

Elaboración

En cuanto al proceso de elaboración, básicamente, en primer lugar es necesario introducir mosto en el alambique para proceder a su destilación, consiguiendo así alcohol de alta graduación, ha explicado Benítez.

A continuación se le añade matalahúva u otra hierba aromática al alcohol resultante y se vuelve a meter en el alambique para realizar una segunda destilación.

Por último, es necesario añadir la cantidad exacta de agua al licor para rebajar la graduación alcohólica y situarla en unos 40 grados. Para obtener un litro de aguardiente son necesarios unos siete litros de mosto.

Concurso

El concurso, declarado Fiesta de Singularidad Turística Provincial, alcanza este sábado la décima edición y los más visitantes tendrán la oportunidad de descubrir el proceso de elaboración tradicional y, por supuesto, los aspirantes a destilar el mejor aguardiente usarán el alambique.

Un jurado experto analizará cada uno de ellos para determinar cuál es el ganador de esta edición teniendo en cuenta diferentes aspectos como la graduación alcohólica -que debe situarse en 40º con un pequeño margen de error-, el color, el olor y el sabor.

"No hace falta inteligencia artificial", ha incidido el regidor, solo una mano experta y un alambique.

 Desde el mediodía se podrá ver cómo destilan artesanalmente estas bebidas alcohólicas en los tradicionales alambiques que se instalan en la plaza Andalucía y así el municipio cada año recupera su pasado como productor de aguardiente.

Este certamen se celebra siempre en Navidad cuando convierten su plaza en una destilería artesanal en la que los maestros ponen a prueba sus habilidades a la hora de realizar los destilados que llevan finalmente a la producción de aguardiente, una bebida que sigue teniendo un especial protagonismo en estas fiestas, aunque en muchas localidades sigue siendo un licor que se dispensa a lo largo de todo el año.

En esta edición, serán diez participantes con sus diez alambiques los que participarán destilando aguardiente en directo, la mayoría de Jubrique, pero también de municipios del Valle del Genal como Faraján (Málaga).

El aroma a aguardiente se mezclará a media tarde con el olor a buñuelos recién hechos con chocolate ya que habrá una degustación muy especial de este postre para visitantes y lugareños. 

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