'Monchi' recibe el Timón de Oro 2009 y Enrique Villegas el puente Zuazo
La incertidumbre terminó con la salida a las cuatro de la tarde de la comitiva, a pesar de que pasadas las dos comenzó a llover.
La Cabalgata se fue haciendo más grande conforme llegaba a la calle Real
No se puede decir en San Fernando que la Cabalgata del Humor puso el punto y final al Carnaval, porque todavía queda la posibilidad -si el tiempo no lo impide, aunque nunca lo impidió- de poder disfrutar del carrusel de coros en la plazoleta de las Vacas el próximo domingo 8, en plena Cuaresma. Tampoco se podría decir porque falta el Carnaval de los Jartibles, que en la Bahía dura desde que termina el oficial hasta que empieza el del año siguiente, a tenor de las noches carnavalescas y actos de todo tipo que tienen ocupadas todo el año a las agrupaciones.
Sí han dicho adiós la mayoría de las actividades que se han realizado con éxito a pesar de que la lluvia no dejó que muchos ensayos generales llenaran el templo del Carnaval de La Isla y ayer, en cada una de las peñas seguía la fiesta, desde las ubicadas en el barrio de la Pastora hasta la de los Ponepegas, a poco metros de la plaza de San José donde se estaba celebrando el concurso de pasodobles de la Asociación El Timón, o en la plaza del Rey, donde tenía lugar el concurso de disfraces infantil que reúne a decenas de los más pequeños que comienzan a disfrutar de la fiesta.
En ese punto intermedio que es la plaza de San José tenía lugar, además de la final del concurso, la imposición del Timón de Oro a Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, director deportivo del Sevilla CF y donde también tenía lugar la presencia en el escenario de dos leyendas vivas y activas del Carnaval de la Bahía, Enrique Villegas y José Ramos Borrero Requeté.
Yendo por parte, la entrega del Timón de Oro a Monchi se hacía por carnavalero, por isleño y por los muchos méritos contraídos en su larga carrera y era el alcalde de San Fernando, Manuel María de Bernardo, el encargado de colocárselo en el ojal de la chaqueta. Un detalle que el ex portero isleño agradeció porque le llega precisamente por “algo que me gusta”, como es el Carnaval.
Historia viva del Carnaval
La presencia de Villegas y Requeté en el escenario tenía un poco de trampa, sobre todo para el primero, porque estaba en La Isla acompañando a su comparsa ganadora del premio a la letra dedicada a Andalucía. Fue entonces cuando la presentadora del acto, Mayte Rodríguez Labandón, lo llamó al escenario junto a José Ramos Borrero porque éste último le iba a hacer entrega de una réplica del puente Zuazo, como un guiño a la unión de los amantes del Carnaval que tienden puentes a través de las coplas.
Luego -aunque a Monchi le entregaron también una réplica del Zuazo y un cuadro de El Timón y a su esposa un ramo de flores, al gual que a la esposa de Pepe Requeté- se homenajeó a personas que han estado colaborando con la asociación organizadora, entre ellas el concejal de Vías y Obras, Manuel Gómez Piñero, que por casualidad no estaba tapando agujeros por La Isla como es habitual en él.
El día antes había tenido lugar la entrega del segundo premio Requeté a Manuel Cornejo Aragón, director de la chirigota del Love y a la propia chirigota Más pa lla que pa ca, el premio Cajonazo 2009.
Mientras tanto en la Peña Los Ponepegas, a pocos metros, tenían lugar las actuaciones de los romanceros y en la Asociación Virgen del Carmen las actuaciones programadas para la jornada. El Carnaval, a esa hora, seguía en las peñas del barrio de la Pastora y en cualquier rincón, temiendo que no saliera la Cabalgata porque a las dos y pico de la tarde estaba lloviendo y parecía que iba en serio.
La Cabalgata
La crisis se notó en la Cabalgata que ponía fin oficialmente a los actos del Carnaval, a la espera de que la fiesta se cobre lo que se le debe, y no porque el Ayuntamiento no se haya gastado el dinero en las carrozas, aunque no fueran tantas como en la de Reyes. La crisis se notaba en la cantidad de sillas vacías que había en la calle Real, lo que corroboraban los y las encargadas de cobrar el peaje.
Fue además una cabalgata de la incertidumbre, porque aunque en Fiestas estaban dispuestos a sacarla una vez que supieron que las previsiones apuntaban a que no llovería después de las cinco de la tarde -a las cuatro salió el sol-, la gente aún no estaba informada y contaba además con el precedente de la suspensión el sábado del carrusel del coros.
Sin embargo, a las cuatro salió de la Glorieta, como estaba previsto e hizo el recorrido prefijado pasando por Reyes Católicos, Arenal, Isaac Peal y Real, y disolviéndose alrededor de las siete de la tarde a la altura del castillo de San Romualdo.
Si se compara con la Cabalgata de Reyes, saldría claramente perdiendo, pero la verdad es que se fue haciendo más grande en función de que avanzaba hacia el centro de la ciudad y se iban sumando disfraces y agrupaciones, hasta llegar a la calle Real con lo máximo que se despacha.
Una vez más, los responsables municipales hicieron que vehículos de repuesto acompañaran la comitiva para evitar problemas, mientras que los servicios de la Policía Local y Protección Civil velaban porque no hubiera incidentes durante el recorrido. Ahí acabó la historia oficial. Otros siguieron la suya particular.
Sí han dicho adiós la mayoría de las actividades que se han realizado con éxito a pesar de que la lluvia no dejó que muchos ensayos generales llenaran el templo del Carnaval de La Isla y ayer, en cada una de las peñas seguía la fiesta, desde las ubicadas en el barrio de la Pastora hasta la de los Ponepegas, a poco metros de la plaza de San José donde se estaba celebrando el concurso de pasodobles de la Asociación El Timón, o en la plaza del Rey, donde tenía lugar el concurso de disfraces infantil que reúne a decenas de los más pequeños que comienzan a disfrutar de la fiesta.
En ese punto intermedio que es la plaza de San José tenía lugar, además de la final del concurso, la imposición del Timón de Oro a Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, director deportivo del Sevilla CF y donde también tenía lugar la presencia en el escenario de dos leyendas vivas y activas del Carnaval de la Bahía, Enrique Villegas y José Ramos Borrero Requeté.
Yendo por parte, la entrega del Timón de Oro a Monchi se hacía por carnavalero, por isleño y por los muchos méritos contraídos en su larga carrera y era el alcalde de San Fernando, Manuel María de Bernardo, el encargado de colocárselo en el ojal de la chaqueta. Un detalle que el ex portero isleño agradeció porque le llega precisamente por “algo que me gusta”, como es el Carnaval.
Historia viva del Carnaval
La presencia de Villegas y Requeté en el escenario tenía un poco de trampa, sobre todo para el primero, porque estaba en La Isla acompañando a su comparsa ganadora del premio a la letra dedicada a Andalucía. Fue entonces cuando la presentadora del acto, Mayte Rodríguez Labandón, lo llamó al escenario junto a José Ramos Borrero porque éste último le iba a hacer entrega de una réplica del puente Zuazo, como un guiño a la unión de los amantes del Carnaval que tienden puentes a través de las coplas.
Luego -aunque a Monchi le entregaron también una réplica del Zuazo y un cuadro de El Timón y a su esposa un ramo de flores, al gual que a la esposa de Pepe Requeté- se homenajeó a personas que han estado colaborando con la asociación organizadora, entre ellas el concejal de Vías y Obras, Manuel Gómez Piñero, que por casualidad no estaba tapando agujeros por La Isla como es habitual en él.
El día antes había tenido lugar la entrega del segundo premio Requeté a Manuel Cornejo Aragón, director de la chirigota del Love y a la propia chirigota Más pa lla que pa ca, el premio Cajonazo 2009.
Mientras tanto en la Peña Los Ponepegas, a pocos metros, tenían lugar las actuaciones de los romanceros y en la Asociación Virgen del Carmen las actuaciones programadas para la jornada. El Carnaval, a esa hora, seguía en las peñas del barrio de la Pastora y en cualquier rincón, temiendo que no saliera la Cabalgata porque a las dos y pico de la tarde estaba lloviendo y parecía que iba en serio.
La Cabalgata
La crisis se notó en la Cabalgata que ponía fin oficialmente a los actos del Carnaval, a la espera de que la fiesta se cobre lo que se le debe, y no porque el Ayuntamiento no se haya gastado el dinero en las carrozas, aunque no fueran tantas como en la de Reyes. La crisis se notaba en la cantidad de sillas vacías que había en la calle Real, lo que corroboraban los y las encargadas de cobrar el peaje.
Fue además una cabalgata de la incertidumbre, porque aunque en Fiestas estaban dispuestos a sacarla una vez que supieron que las previsiones apuntaban a que no llovería después de las cinco de la tarde -a las cuatro salió el sol-, la gente aún no estaba informada y contaba además con el precedente de la suspensión el sábado del carrusel del coros.
Sin embargo, a las cuatro salió de la Glorieta, como estaba previsto e hizo el recorrido prefijado pasando por Reyes Católicos, Arenal, Isaac Peal y Real, y disolviéndose alrededor de las siete de la tarde a la altura del castillo de San Romualdo.
Si se compara con la Cabalgata de Reyes, saldría claramente perdiendo, pero la verdad es que se fue haciendo más grande en función de que avanzaba hacia el centro de la ciudad y se iban sumando disfraces y agrupaciones, hasta llegar a la calle Real con lo máximo que se despacha.
Una vez más, los responsables municipales hicieron que vehículos de repuesto acompañaran la comitiva para evitar problemas, mientras que los servicios de la Policía Local y Protección Civil velaban porque no hubiera incidentes durante el recorrido. Ahí acabó la historia oficial. Otros siguieron la suya particular.
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