A lo largo de mi vida, y ya peino algunas canas, he sido testigo de todo tipo de muertes, naturales o consecuencia de alguna patología, provocadas por algún accidente o victima de una epidemia, violentas o placidas y tranquilas, por odio e incluso por amor. He podido ver dejar este mundo a niños, jóvenes, maduros y ancianos, pero he de reconocer, que ni en la realidad ni en el cine, tengo constancia de que nadie, haya querido morirse por ser Presidente de ninguna Comunidad Autónoma.
El pasado miércoles en esta tribuna de libertad del VIVA CAMPO DE GIBRALTAR, les hablaba del candidato sorpresa que el PP se había sacado de la chistera para ser el cartel aspirante a las Elecciones andaluzas, el catalán recriado en Málaga y hasta la presente con despacho en Madrid, en la Secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Juan Manuel Moreno Bonilla.
Los políticos nos dan sus mensajes a través de sus palabras en el agora pública de todos los medios de comunicación y como no, también son elocuentes con sus silencios. En el caso de Moreno, desde que el dedo divino de Rajoy con el amparo de los ángeles Soraya y Javier, le designo para ser candidato a la Junta de Andalucía, no ha cesado de hablar.
En esa incontinencia verbal, con el afán de darse a conocer entre los ciudadanos y ciudadanas andaluces, no ha parado, y lo digo con todo el respeto y cariño, de meter la pata. Preparando el Congreso Extraordinario que lo aupará a la Presidencia del PP este fin de semana, se ha paseado por toda Andalucía, de punta a punta.
Sin cuajar ninguna faena, sin hacer ninguna propuesta novedosa que nos ilusione y sorprenda. Muchas sonrisas, gestos aprendidos e indicados por los asesores de turno y retóricas vacías. No dice nada y cuando lo intenta es para echarse a temblar.
Una de las últimas lindezas con la que nos ha obsequiado en una intervención en Córdoba, es “me muero por ser Presidente de la Junta”, para lo cual confesó que tenia”toda la ilusión y las ganas”, por lo que hemos de entenderlo no en sentido literal sino en el figurado de sus deseos de ser el futuro inquilino del Palacio de San Telmo, sede del primer mandatario de nuestra tierra.
Y nosotros que pensábamos que usted quería presentarse y ser nuestro Presidente por encima de todo para mejorar nuestra tierra, pero claro eso, es lógico que la gente de este sabio pueblo andaluz, no se lo crea aunque usted se ponga de rodillas, ya que si como responsable de los Servicios Sociales e Igualdad ha sido el director de todos los recortes en Andalucía en la Ley de Dependencia, como quiere que confiemos en usted ahora.
Y en esa catarata de de fraseología política, que indica sin disimulos su ideología de la derecha más conservadora, usted mismo reconoce que “en el PP han ayudado a que el estereotipo del señorito se pueda confirmar”, si usted lo reconoce no seré yo quien se lo discuta. Si a eso añadimos que según todas las informaciones usted también cobró sobresueldos del PP, pues apaga y vámonos y además se trae a Núñez Feijóo, el presidente de la Xunta de Galicia para que le apoye y nos insulte a los andaluces con lo de “la transición incompleta”. Pues ya me dirá usted, don Juan Manuel.
Para rematar y poner la guinda dos perlas cultivadas que no tienen desperdicio, la primera esa llamada a su partido y fundamentalmente a los jóvenes a liderar “una ola de rebeldía en Andalucía”. Señor Moreno Bonilla, suena entre cinismo y cachondeo el que usted , un valido del señor Rajoy, discípulo de Arenas y ahijado de doña Soraya diga eso, cuando sus jefes y usted mismo son quienes peor nos han tratado a lo largo de los últimos treinta años. Y para terminar la conjunción entre el verbo y el despropósito afirmar que “he puesto nervioso al PSOE”, da toda la impresión que es usted, el que va tener que tomar toneladas de tila y tranquilizantes en los próximos meses
