Las hermandades lucen sus estandartes en El Resucitado
Con el gesto, apoyan masivamente el postergado mensaje de la Resurrección de Cristo
En pleno debate virtual sobre la celebración del Toro del Aleluya -véanse los comentarios en la página web de este periódico-, Arcos de la Frontera celebró religiosamente una semana después la resurrección de Cristo, cerrando con ello el ciclo de la Semana Santa local in albis.
La parroquia de San Francisco, pese a la cantidad de acontecimientos festivos y sociales del finalmente espléndido domingo -el día comenzó descargando lluvia en las primeras horas-, registró una notable presencia de personas dispuestas en primer lugar a oír la misa celebrada en el templo y después a presenciar el desfile procesional de la sagrada imagen del Dulce Nombre de Jesús, reconvertido como exigía la ocasión en Cristo Resucitado.
Pasadas las once y media de la mañana la procesión puso rumbo al barrio de San Francisco para recorrer cada una de las calles de su populosa feligresía, que volvió a ser la más fiel a la reeditada estampa dominical. El paso contó con todo el ambiente primaveral del que hace gala en esta época, mostrando un campo de césped salpicado por esas flores blancas de las que hablaba hace unos días la hermana mayor de la cofradía del Viernes Santo arcense, Milagros García de Veas, en su temor a que las últimas lluvias hubieran preparado el encargo en los viveros.
Sin embargo, no fueron los exornos del paso, sino la presencia por primera vez de todas las hermandades de la ciudad portando sus respectivos estandartes la imagen más sobresaliente y novedosa del cortejo, lo cual no imprimió más que un carácter de solemnidad hacia lo que representa la resurrección de Cristo y de claro apoyo a esta hermandad del Dulce Nombre que tiene en sus manos un importante cometido, amén de reflejar en cierta manera la nueva etapa que asumen las cofradías bajo el recién nombrado y aún flamante Consejo Local de Hermandades y Cofradías, cuyos miembros de la Permanente hicieron acto de presencia.
Amplia representación
El lado eclesiástico quedó suficientemente representado con los sacerdotes Antonio Castillo Jurado -titular de la parroquia- y Manuel Rodríguez Salas. La parte civil, por la alcaldesa de la ciudad, Josefa Caro, y su delegada municipal y teniente de Alcalde Ana González Soto.
Por si fuera poco el esfuerzo realizado en la recién clausurada Semana Santa de este año, la banda de cornetas y tambores de la hermandad de las Tres Caídas acompañó la procesión, como lo ha hecho con prácticamente todas las que desfilan en la ciudad.
La banda -recordemos- celebra este año el vigésimo aniversario de su fundación, habiéndose convertido durante todo este tiempo en un referente de la música cofrade en la provincia por su calidad. No obstante, la banda de las Tres Caídas ya ha celebrado sus actos conmemorativos más destacados, entre los que figura su hermanamiento con su homóloga de Triana; acto que acabó convirtiéndose en un auténtico concierto de música cofrade en el colegio La Salle.
La agrupación fue muy aplaudida en la salida del paso. Apostada a uno de los extremos de la calle San Francisco, interpretó una bella marcha que pondría al Resucitado en el camino, para tomar a partir de ahí por la calle Sol, desfilando con la silueta de la barriada de la Paz al fondo.
También fue destacado el acompañamiento de la feligresía tras el paso de Jesús, que mostró el hecho bíblico del triunfo sobre la muerte. Jesús Resucitado exhibió en su pequeña talla ese brazo erguido que porta su particular estandarte.
La parroquia de San Francisco, pese a la cantidad de acontecimientos festivos y sociales del finalmente espléndido domingo -el día comenzó descargando lluvia en las primeras horas-, registró una notable presencia de personas dispuestas en primer lugar a oír la misa celebrada en el templo y después a presenciar el desfile procesional de la sagrada imagen del Dulce Nombre de Jesús, reconvertido como exigía la ocasión en Cristo Resucitado.
Pasadas las once y media de la mañana la procesión puso rumbo al barrio de San Francisco para recorrer cada una de las calles de su populosa feligresía, que volvió a ser la más fiel a la reeditada estampa dominical. El paso contó con todo el ambiente primaveral del que hace gala en esta época, mostrando un campo de césped salpicado por esas flores blancas de las que hablaba hace unos días la hermana mayor de la cofradía del Viernes Santo arcense, Milagros García de Veas, en su temor a que las últimas lluvias hubieran preparado el encargo en los viveros.
Sin embargo, no fueron los exornos del paso, sino la presencia por primera vez de todas las hermandades de la ciudad portando sus respectivos estandartes la imagen más sobresaliente y novedosa del cortejo, lo cual no imprimió más que un carácter de solemnidad hacia lo que representa la resurrección de Cristo y de claro apoyo a esta hermandad del Dulce Nombre que tiene en sus manos un importante cometido, amén de reflejar en cierta manera la nueva etapa que asumen las cofradías bajo el recién nombrado y aún flamante Consejo Local de Hermandades y Cofradías, cuyos miembros de la Permanente hicieron acto de presencia.
Amplia representación
El lado eclesiástico quedó suficientemente representado con los sacerdotes Antonio Castillo Jurado -titular de la parroquia- y Manuel Rodríguez Salas. La parte civil, por la alcaldesa de la ciudad, Josefa Caro, y su delegada municipal y teniente de Alcalde Ana González Soto.
Por si fuera poco el esfuerzo realizado en la recién clausurada Semana Santa de este año, la banda de cornetas y tambores de la hermandad de las Tres Caídas acompañó la procesión, como lo ha hecho con prácticamente todas las que desfilan en la ciudad.
La banda -recordemos- celebra este año el vigésimo aniversario de su fundación, habiéndose convertido durante todo este tiempo en un referente de la música cofrade en la provincia por su calidad. No obstante, la banda de las Tres Caídas ya ha celebrado sus actos conmemorativos más destacados, entre los que figura su hermanamiento con su homóloga de Triana; acto que acabó convirtiéndose en un auténtico concierto de música cofrade en el colegio La Salle.
La agrupación fue muy aplaudida en la salida del paso. Apostada a uno de los extremos de la calle San Francisco, interpretó una bella marcha que pondría al Resucitado en el camino, para tomar a partir de ahí por la calle Sol, desfilando con la silueta de la barriada de la Paz al fondo.
También fue destacado el acompañamiento de la feligresía tras el paso de Jesús, que mostró el hecho bíblico del triunfo sobre la muerte. Jesús Resucitado exhibió en su pequeña talla ese brazo erguido que porta su particular estandarte.
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