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El ojo de la aguja

Juan Romero Márquez

Juan es sencillo, humilde, con una humanidad que desborda límites, hecho para haber sido algo grande en esta difícil época que nos toca vivir

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El doctor Ismael Yerra Sotillo presentó en la Casa Colón de Huelva un libro cuyo personaje central era nada más y nada menos que nuestro querido y admirado amigo Juan Romero Márquez. En el mismo contempla una extensa crónica de Huelva hecha a pie de calle, de las cartas publicadas en los distintos diarios de la capital por el amigo Juan y que ha tenido a bien en titular ‘Un hombre, una pasión, una ciudad’.
    Ni que decir tiene que Juan Romero Márquez es un onubense de pro, como él bien dice, su pasión es escribir, captador de lo más insignificante de lo acaecido en nuestra ciudad, de una manera especial a lo concerniente al equipo de sus amores, el Recreativo de Huelva y su entorno. Juan es sencillo, humilde, con una humanidad que desborda límites, hecho para haber sido algo grande en esta difícil época que nos toca vivir. Su sinceridad plena, su capacidad de diálogo, su mirar de frente sin soslayo, su innegable amor por la tierra que le vio nacer y que defiende a capa y espada. Sus cartas salen desde lo más adentro con verdadera honestidad, con unos sentimientos que afloran desde lo más intrínseco.
      Juan Romero Márquez fue funcionario de Obras Públicas, y tras su jubilación, a los sesenta y tres años, se dedicó plenamente a escribir. Amigo ejemplar de todos, y de manera especial de todos los periodistas de Huelva,  Juan era un periodista más, porque así estaba considerado en el gremio de esta profesión. A pesar de su edad, Juan Romero Márquez continúa callejeando por Huelva, lo mismo te lo puedes encontrar por la Isla Chica que en la barriada de las Colonias. Atendiendo el saludo de Huelva con todo el que se tropieza, conversando siempre en torno a Huelva, de cómo le gustarías verla, con un sentido de crítica sublime, difícil de emular. 
       Juan Romero Márquez, como digo, es un onubense que mantiene en vivo la Huelva del pretérito y la Huelva del presente en sus cartas, las enlaza, las mima, lee y relee, todo un gustazo para aquellos onubenses que sienten de manera inequívoca todo lo que conlleva el haber nacido en esta tierra. Recuerdo una anécdota de Juan Romero en la que me confesaba que “una política de Obras Públicas, Ana María Rino, llegó a decirme, qué pena que no seas político, para defender a Huelva como sabes hacerlo”, y matiza: “Yo del único partido que soy es el del Recreativo”.
     Juan Romero Márquez, en esta obra ‘Un hombre, una pasión, una ciudad’ de Ismael Yerra Sotillo, ha visto su sueño cumplido, sacar a la luz ese compendio de cartas que en su día comenzó a seleccionar su hija, presentación de un libro al que dolorosamente no pude asistir por los motivos que él sabe. Mi más entrañable enhorabuena y que continúes haciendo esa Huelva particular que llevas por dentro a tu manera.

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