P. Ante la denuncia por competencia desleal contra la aceituna negra española por parte de dos empresas de California ante la administración Trump, ¿cómo surge este tema y en qué punto está esta demanda?
R. No es una sorpresa para nosotros. El sector aceitunero californiano ya hizo intentos parecidos, aunque no de esta envergadura, en los setenta y ochenta. Ahora piden que se tomen medidas contra las importaciones de aceitunas negras, que son las que ellos producen.
Ahora hay un ambiente más propicio, y las dos principales y casi únicas empresas productoras de California de importancia han pedido al Gobierno de su país que imponga medidas arancelarias extraordinarias contra la importación pues creen que las aceitunas negras españolas dañan su negocio. Y lo hacen por las subvenciones que reciben, que nos permiten vender a nosotros a precios que ellos califican de injustos. Argumentos que nosotros rechazamos y demostraremos que no son ciertos en los procesos de investigación abiertos.
P. ¿Qué trayectoria tiene la demanda?
R. Son tres procesos. Una para determinar si causamos daño con nuestras importaciones a los productores californianos y por tanto si somos una amenaza. Otra para ver si efectivamente vendemos a un precio injusto o muy bajo, lo que se denomina dumping. Y otra para examinar la naturaleza de esas subvenciones, si son legales o no. Pero lo son porque están dentro de lo que exige la Organización Mundial del Comercio. Cualquier país puede discutirlas, puede ponerlas en duda, en cualquier caso.
Se desarrollan las tres durante un año, se toman resoluciones provisionales y las definitivas no las sabremos hasta julio de 2018, aproximadamente.
P. ¿Cómo de importante es EEUU para la aceituna española?
R. EEUU es el principal mercado de la aceituna española, con un 22-23%. Casi una cada cuatro aceitunas que se exportan van a este país. Siempre ha sido, país a país, el más importante. Aunque la zona más importante es la Unión Europea. Dentro de lo que se exporta, aproximadamente un 36% es aceituna negra. Es un mercado importante hoy, y con gran potencial pues el consumo per cápita sigue siendo muy bajo. Recientemente hemos lanzado una campaña de promoción financiada por la UE, es una campaña europea de la aceituna como producto europeo.
P. La denuncia viene contra la aceituna negra, ¿por qué?
R. Por la simple razón de que California sólo produce aceituna negra. Si produjera la verde, y viera que le hacemos competencia, pues la habrían extendido también a esa. Por eso la demanda o la petición ante su administración, la han centrado en la negra.
P. ¿Tenéis algún temor real en que esto degenere en alguna barrera o impedimento a la exportación?
R. Confiamos en cómo estamos haciendo las cosas, en la coordinación y colaboración con la Unión Europea, con las direcciones generales de Comercio y Agricultura; y aquí en España en los departamentos correspondientes; también tenemos el apoyo de la Junta de Andalucía, al ser la primera comunidad productora en España. Estamos preocupados evidentemente porque, aunque no es la primera vez que se intentan iniciativas de este tipo, es cierto que ahora mismo el ambiente es diferente. No sólo en EEUU, sino en el mundo, hay un ambiente proteccionista. Y las cosas se complican. Confiados, pero preocupados.
Esperamos que la administración americana desarrolle este procedimiento de manera objetiva. Y que al final nos den la razón en el sentido de que las aceitunas españolas no son las culpables de la supuesta situación problemática que sufre la industria californiana.
P. Si las aceitunas no vinieran de España, vendrán de otro lugar, porque el país no tiene capacidad para autoabastecerse… ¿Qué reequilibrio se puede encontrar?
R. Sí, pero los productores de allí han situado el foco de la investigación, muy hábilmente, en la aceituna envasada, ya lista para consumo.
Dejan fuera la aceituna no lista para consumo, para reservarse la opción de comprar y abastecerse desde España y realizar ellos la transformación final del producto. Con lo cual podrían ellos seguir abasteciéndose de España y parcialmente de otros países. Porque dentro de la UE sólo es España la investigada, por lo que podrían proveerse también de Portugal, Turquía, Egipto, Marruecos… Ninguno tiene la capacidad individual suficiente, pero en conjunto sí podrían suplir la exportación española.
Campaña aceitunera
P. Justo este mes arranca la campaña de la aceituna. Hay una polémica recurrente sobre la importación de aceituna de otros países y que esto sirve para hacer prácticas poco éticas por parte de la industria, según Coag. Asemesa acoge a dos grandes productores, como son Agro Sevilla y Dcoop. ¿Cómo casan ambas cuestiones?
R. Negamos totalmente esas supuestas prácticas especulativas. Se nos acusa, este año y otros de forma recurrente, de eso. Pero no lo entendemos ya que en múltiples foros hemos dado siempre la misma respuesta y ellos tienen los datos. Las importaciones son insignificantes. Son el 1%, y a veces ni llegan. Y algo por encima en el caso de la aceituna finalmente transformada. Sólo en la campaña 2013/2014, ante la mala cosecha de gordal, hubo que aprovisionarse de aceitunas de ese tamaño de otras variedades para atender el mercado. En EEUU, por ejemplo, no entienden de gordales, pero demandan una aceituna grande que denominan Queen, por ejemplo. Y ese año fueron 3 ó 4 millones de kilos, es decir, una cantidad ridícula en cualquier caso. La industria trabaja fundamentalmente con aceitunas de España, está encantada de estar en el país donde tenemos la mejor calidad y variedad. Pero no podemos negar que existen otros países o mercados que piden otros productos, por ejemplo la Kalamata griega. No se le pueden poner puertas al campo, pero prácticamente el 100% de lo que exportamos es aceituna española. Segundo tema,
el hecho de que dos grandes cooperativas de segundo grado, que tienen detrás a miles de agricultores, estén en Asemesa, demuestran que no hay ningún problema para estos productores, ningún problema generalizado. Me sorprende que teniendo el campo los problemas gravísimos que tiene, determinadas organizaciones presten atención a este tipo de cosas cuando con los números oficiales se demuestra que no hay base. En lugar de ello podrían pedir a la administración un plan de supervivencia del olivar en pérdidas, para modernizar y transformarlo… Pero se pierde el tiempo en temas como estos que no tienen recorrido ninguno.
P. En el arranque de campaña ha habido discrepancias sobre el volumen que tendrá… Son discrepancias recurrentes, pero por el aforo que maneja Interaceituna entiendo que no habrá tensiones por el aprovisionamiento…
R. Tradicionalmente las organizaciones agrarias han lanzado siempre aforos de cosecha que, no casualmente, siempre se quedan muy cortos respecto a la realidad. Desde que se creó la Interprofesional para que haya un mercado más transparente, se tomó la decisión de hacer un aforo que Interaceituna encarga a una empresa privada que la hace de forma independiente, objetiva y profesional para evitar precisamente la subjetividad.
Asemesa nunca hace valoraciones de campaña, pero este año sí hemos considerado necesario hablar porque llueve sobre mojado. Nos remitimos al aforo de cosecha, que ya dice que es superior a la media de los últimos siete años, que es la que maneja el aforo. No los últimos cuatro, como hace alguna organización agraria. Se prevén unas 565.000 toneladas, superior a la media de los últimos siete años. A ello hay que sumar el stock de existencia de campañas pasadas que es importante. Y luego hay que ver ese aforo por variedades, cómo ha ido la manzanilla, la gordal, la cacereña,… No tiene sentido invertir dinero en hacer el aforo y luego no seguirlo.
P. Asemesa, tras sumar a Dcoop, entiendo que ya no tiene a nadie importante en el sector a quien incorporar. ¿Qué representatividad alcanzáis ya?
R. La mayoría está, siempre queda alguien exportador o vendedor dentro de España que prefiere ir por libre y no compartir con el resto del sector y aportar ideas y soluciones, y tomar iniciativas en promoción, relaciones en los diferentes mercados, etc… Respetamos la libertad de cada cual porque en Asemesa no entramos para nada en la política comercial de cada cual. La incorporación de Dcoop, Marciense y FJ Sánchez refuerza la representatividad de la asociación, que ya está por encima del 75% en volumen. Este en un sector muy atomizado, porque por número de empresas el porcentaje sería diferente al haber mucha industria auxiliar que realiza sólo el entamado, son pymes familiares que no se asocian y que hacen una labor de apoyo o auxiliar a las envasadoras. Si nos fijamos en las empresas que exportan aceituna, el porcentaje es más alto de ese 75%. Porque nosotros vendemos fuera ya sobre todo envasado, la venta a granel es insignificante. De todas formas,
la representatividad de las asociaciones, y lo tenemos perfectamente contrastado, no se mide sólo por el número de empresas o su facturación, sino por su trayectoria. Asemesa es casi centenaria, antes se llamaba Acemesa.
P. Ha habido empresas aceituneras que han plegado velas en Argentina, como Agro Sevilla o Ángel Camacho. ¿Sigue siendo interesante operar en el cono sur americano, volverán a operar en esa zona?
R. Era interesante para algunas empresas tener producción y elaboración en dos hemisferios. Pero una empresa necesita por encima de todo seguridad, estabilidad, jurídica y económica. Las condiciones macroeconómicas de Argentina no han permitido que las empresas tengan esa seguridad, esa certidumbre, y han decidido desinvertir. Sin embargo en Chile sí sigue Agro Sevilla porque las condiciones son diferentes.
Si Argentina se estabiliza sería posible volver, mientras tanto seguro que no. Interesante es, pero además de las condiciones macroecnómicas existente otros problemas de logística, de suministros, portuarios… Es un conjunto de cosas, aunque fundamentalmente las condiciones macroeconómicas que no permiten a un empresario planificar y desarrollar una actividad normal que sea rentable.
P. Por último, Asemesa ha impugnado la creación de una figura de protección de la aceituna Manzanilla de Sevilla, una Indicación Geográfica Protegida (IGP) ante el TSJA. ¿Qué esperáis de este tema?
R. Una parte pequeña del sector pidió formalizar esta figura de protección y la Junta de Andalucía les apoyó asegurando que tiene que tramitar necesariamente esta petición si esa solicitud cumple los requisitos. Nosotros empezamos por discutir eso, que no se cumplen los requisitos. Asemesa ha ido recurriendo los distintos pasos administrativos para crear la IGP, porque no es un tema que afecte sólo a Andalucía, sino también a Extremadura que tiene un sector aceitunero muy potente. Porque la variedad Manzanilla de Sevilla no sólo se produce en esta zona, sino también fuera de la provincia y también en Extremadura.
Una parte muy importante del sector no quiere perder la posibilidad de usar el nombre Manzanilla de Sevilla, o sevillana, o estilo sevillano, sin entrar en más profundidades. Toda la vida ha podido utilizar ese término relacionado a la variedad Manzanilla se produzca donde se produzca, porque por los estudios genéticos sabemos que se produce fuera de la provincia como digo. Pero una parte del sector quiere reducirlo a la provincia de Sevilla y a once pueblos de la provincia de Huelva. Estamos defendiendo los intereses de todo el sector, que en su mayoría no apoya la IGP. En Asemesa se tomó la decisión de recurrir al TSJA por unanimidad, aunque luego haya empresas que tengan que llegar a acuerdos que respeten esa IGP para poder mantener el uso de determinadas marcas con las palabras estilo sevillano. Como en el procedimiento administrativo no se nos ha hecho caso, hemos recurrido la orden final de aprobación en la etapa nacional de la IGP, como también ha hecho una asociación local de productores de Almendralejo que agrupa a más de 40 compañías, y como también ha hecho el Gobierno de Extremadura, que entiende que afecta también a la variedad carrasqueña, que es el tipo de la misma manzanilla de Sevilla que se cultiva allí.