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El tebeo

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Día complicado para escribir porque, hagas lo que hagas y digas lo que digas, te va a coger el toro. Dicho lo cual, arrancamos motores y que sea lo que Dios quiera. En primer lugar, insisto en lo escrito hace algunos meses, de la lectura pormenorizada de los tomos del sumario abiertos, se desprenden espantosos olores. En la denuncia a la que, ampliando lo manifestado, a birriosa y biliosa, le añado hecha de oídas, no contrastada, sectaria, malintencionada, interesada y, en gran medida, falsa. Y en la investigación que, a poco conocimiento que se tenga de lo sucedido en este pueblo los últimos años, deja mucho que desear en el mejor de los casos. En el peor, hay que poner de manifiesto que se han limitado a dar por buenas las denuncias de parte, sin contrastar mínimamente. De ahí que, por ejemplo, se de carta de naturaleza a un foro ciudadano que a los agentes encargados les debió sonar algo así como el Partido Demócrata de Obama pero que, de haber preguntado a un taxista, habrían sabido que solo son dos golfos que querían estafar a una ciudad, no lo digo yo, lo dijeron ellos en un video que emitió Antena 3, y setenta y ocho votantes, creo recordar. Es decir, ni su familia al completo.


También quiero poner de manifiesto el tremendo poder de los medios de comunicación. Coincidirán conmigo en que no es lo mismo que el Ayuntamiento ingrese un cheque emitido por Bank of América, con fondos procedentes de las Islas Caimán y haga la correspondiente declaración que exige el Banco de España, a que el Ayuntamiento envíe fondos a una cuenta en las Islas Caimán como ha manifestado la primera cadena de radio de este país en sus emisiones regional y nacional. O que ya toda España sepa que un investigador ha manifestado que una parcela es rústica, porque así se lo ha manifestado el denunciante, sin comprobar su veracidad porque levantaría sospechas y podría hacer peligrar la investigación. Ese día, evidentemente, como otros varios, estaba de servicio Anacleto, el héroe de nuestros tebeos infantiles. De haber sido Filemón, mi favorito, sabría que todos y cada uno de los despachos de abogados de esta ciudad, oficinas de medios de comunicación, ingenieros, aparejadores, topógrafos, economistas, agentes de la propiedad inmobiliaria, un pescadero que se dedica a corredor en sus ratos libres y Juanito el del puerto, tienen una copia del Plan General, vigente desde 1.994 y, por supuesto, público, en el que la citada parcela aparece como Suelo Urbanizable Programado. Y es que los medios de comunicación los carga el diablo y son, otra vez Australia, como un boomerang que siempre vuelve, a veces descontrolado y donde más daño puede hacer.

Dicho todo lo anterior, para los interesados, les recomiendo se limiten a los autos de su Señoría que, esta sí, ha sabido eliminar el grano de la paja e ir al verdadero meollo de la cuestión. Y, salvo que los próximos levantamientos parciales cambien la tónica de la cuestión, que me da a mí que no, estamos ante un escándalo de enormes proporciones. La información de la Agencia Tributaria pone de manifiesto un entramado de factureros, comisionistas y truhanes de variado pelaje, internos y externos, que han campado a sus anchas los últimos años por nuestra ciudad. Amparados por quienes se beneficiaban de sus movimientos y protegidos por el manto de quien se creía intocable y en estado de levitación y consentidos por quienes ponían la guita, han hecho y deshecho, sobre todo deshecho para desgracia de los esteponeros. Me sigue faltando una patita, aunque el asunto de las valoraciones de los aprovechamientos apunte la dirección que toma la investigación. Esperemos que se llegue hasta el final y, como dicen algunos, la que sea puta y bruja ...!que cruja! Y que me dicen ustedes de los líderes de opinión y altas autoridades del estado que se pringan por un taxi o un billete de avión. Billete, por cierto, gratuito en algunos casos. Claro que, si la tarjeta de embarque sirve como justificante, tacita a tacita... hacemos el ajuar de la niña.

Mientras todo esto sucede, el pueblo no levanta cabeza. La ingobernabilidad se hace cada día más evidente y la falta de capacidad es palpable. Si le añadimos el incumplimiento de los acuerdos plenarios, nos encontramos en un callejón de difícil salida. No estaría de más que alguno volviera la cabeza hacia la Linea de la Concepción y aprendiera lo sucedido en las barbas de los demás. La Ley es para todos y no se puede gobernar desde la venganza.

Y es que, ya lo dice el refrán, el hombre es el único animal que tropieza dos veces en el mismo escalón. Ya saben, por lo de los accesos de minusválidos.

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