La época estival es un período delicado, a veces crítico, para nuestros espacios naturales. Al estrés hídrico y térmico con el cual este cambio climático somete a los hábitats y ecosistemas de nuestros paisajes, se suma la permanente amenaza de los incendios forestales en montes y pastos y la presión del turista que elige la sierra como destino vacacional. Y desde que la pandemia ha reducido nuestra movilidad, por la crisis económica o la prevención de evitar destino aglomerados, los espacios naturales de nuestro municipio son los destinos cotidianos de miles de ciudadanos para disfrute y esparcimiento.
Por todo ello nunca se dicen lo suficiente las recomendaciones para poder tener experiencias muy gratificantes en plena naturaleza con las garantías suficientes para que no se vea alterada su integridad. Las más relevantes son:
Evitar cualquier comportamiento que conlleve un riesgo de incendio, por mínimo que este sea: no encender fuegos en los espacios naturales, no arrojar vidrios u objetos susceptibles de generar una llama o fuente de calor, no arrojar colillas, y en general, seguir escrupulosamente todos los consejos para prevenir incendios forestales.
No dejar abandonados desperdicios de ningún tipo.
Si practicamos deporte al aire libre, que no se produzca ninguna alteración en la vegetación ni en la estructura del suelo.
No realizar ninguna actividad que deje el suelo desprotegido frente a la erosión.
No realizar ningún vertido tóxico, por pequeño que sea.
No arrancar plantas, ni despojar a estas de sus flores y semillas, ni matar pequeños animales.
No alterar estructuras que puedan servir de refugio o hábitat a animales o plantas. Caminar por senderos si los hay.
En la costa, no modificar el fondo, por simple que parezca. No alterar las dunas, si las hay. Respetar la vegetación si la hay. No recolectar animalillos ni conchas. No retirar las algas.
En cualquier lugar, no soltar animales exóticos o no pertenecientes a la fauna del lugar. Si queremos deshacernos de cualquier mascota, entregarla en una tienda de animales o en algún centro de acogida.
Poner en conocimiento del SEPRONA de la Guardia Civil, o de la autoridad más cercana, cualquier acto delictivo contra el medio ambiente, así como cualquier situación anómala o accidental que pudiera derivar en un deterioro de la naturaleza.
La Administración también debe hacer su trabajo, y a tal efecto hubo un encuentro entre el alcalde y concejales del equipo de gobierno de Jaén con representantes de la asociación de voluntariado GEA para tratar sobre una propuesta destinada a tomar las medidas necesarias para proteger parajes tan emblemáticos como la Cañada de la Hazadilla, el parque periurbano de Santa Catalina o Los Cañones. La conservación debe ser necesariamente entre todos.