La agresión rusa Ucrania, además de sus devastadoras consecuencias, ha puesto de relieve que la posibilidad de que se pueda desatar un conflicto nuclear no es para nada descartable. Y no solo por las amenazas rusas de usar armas nucleares si se siente acorralada, sino por la naturalidad con la que la mayoría de los países occidentales ha acogido esta posibilidad. Frente al extendido pavor a la guerra nuclear que se desbordó durante la guerra fría, o frente a la reacción masiva de la ciudadanía europea contra el despliegue de los que se conocieron como euromisiles, hoy la preocupación parece mínima. Lo que sorprende porque porque el escenario de uso de armas nucleares parece cada vez como más real y plausible.
Por ello este mes de diciembre se constituyó formalmente la “Alianza para el desarme”, que integran las mas importantes fundaciones y colectivos que trabajan por la Paz; la
APDHA, como no podía ser de otra manera, es parte integrante de esta Alianza,
La Alianza para el Desarme se ha propuesto como uno de sus principales objetivos que el gobierno de España firme el TPAN. Posiblemente las siglas TPAN apenas signifiquen nada para una buena parte de las personas que leen este artículo. Se trata del
Tratado de Prohibición de Armas Nucleares, que fue aprobado por la Asamblea General de la ONU en julio de 2017. El Tratado entró en vigor en enero de 2021 tras ser ratificado por más de 50 países.
Este Tratado tan importante fue posible gracias al ingente trabajo realizado desde la sociedad civil, con el apoyo de gobiernos, organizaciones médicas y humanitarias, supervivientes de Hiroshima y Nagasaki, entre muchos otros colectivos
El
TPAN, en contraste con otros acuerdos anteriores (como el Tratado de no Proliferación) establece explícitamente la prohibición de las armas nucleares como el paso ineludible para conseguir su eliminación. Los países que se suman no pueden desarrollar, realizar pruebas, producir, adquirir, almacenar, transferir, utilizar o amenazar con utilizar armas nucleares. Hay que tener en cuenta que, a diferencia de las armas químicas, las armas biológicas, las minas terrestres antipersonal y las municiones en racimo, las armas nucleares todavía no han sido prohibidas de manera global y universal.
Como era de esperar tanto durante los trabajos previos como la propia firma del Tratado fue activamente bloqueada por los países que disponen del arma nuclear. Y también pro otros países que no teniendo armas nucleares están subordinados a las alianzas que mantienen con los que la tienen, como la OTAN.
Precisamente la OTAN es una de las instancias internacionales que se opone con mayor virulencia al TPAN, seguida de potencias nucleares como Rusia o China. No resulta sorprendente así que el gobierno de España se niegue a firmar el Tratado. No es sorprendente pero no resulta coherente con una estrategia de Paz que debería adoptar el gobierno de España.
La Alianza por el Desarme va a intensificar en 2023 su labor de difusión, sensibilización y presión ciudadana para el que gobierno rectifique y firme el Tratado de Prohibición de Armas Nuclear -TPAN- como instrumento para alejar el peligro de una guerra nuclear.