El 4 de diciembre del extinto año 2024, fue asesinado en New York, Brian Thompson, director ejecutivo de United Healhcare, empresa estadounidense de salud que ofrece planes de atención médica en los 50 estados federales de los EEUU y 130 países del mundo, una de las mayores aseguradoras sanitarias privadas que ofrece prestaciones a unos 53 millones de afiliados en todo el mundo.
¿Por qué lo mataron? Supuestamente, el asesino fue Luigi Mangioni, apresado el 9 de diciembre tras cinco días de búsqueda por todo el país, después de ser reconocido por un empleado de un McDonald's en Altoona (Pensilvania), el cual alertó a la policía. No se conocen exactamente las causas por lo que lo hizo, aunque en los casquillos de las balas encontradas en su pistola, según las investigaciones policiales, tenía grabadas las palabras "negar", "defender" y "deponer", palabras que se usan en las aseguradoras para denegar las muchas reclamaciones de los pacientes para la cobertura de los costos de salud; además, la policía encontró un manifiesto escrito a mano de tres páginas en el que Luigi se quejaba contra el sistema de salud de EEUU. Ya se sabe cómo funciona la sanidad en Estados Unidos, y dicho asesinato puso de manifiesto la rabia, enfado y furia que se tiene contra las aseguradoras de salud privadas. Dicho asesinato encendió la ira y la irritación sobre el estado del sistema de salud en este país. Se conoce a ciencia cierta, que allí las compañías de seguros tienen el dominio y control y dirigen como intermediarias los servicios médicos. Los servicios que éstas prestan son restringidos, lo cual les supone una enorme rentabilidad. La UnitedHeathlcare obtuvo unos beneficios de 281000 millones de dólares, a costa del sufrimiento, la congoja, malestar y ansiedad de 50 millones de personas, por lo que no es de extrañar que tenga el récord de reclamaciones de pago de pacientes rechazados. Las injusticias que cometen son tremendas crónicas de verdadero pavor y espanto; personas operadas que son echadas de los hospitales sin estar terminados de curar por habérseles agotado el seguro y que terminan muriendo en un albergue para indigentes por haber gastado sus ahorros en pagar el hospital (las primas son muy elevadas); o testimonios conocidos también como el de una mujer con cáncer mestastásico en fase 4 que tuvo que abandonar dicha compañía porque todos los meses tenían un motivo diferente para denegarle la medicación que necesitaba para su curación. Estos son algunos ejemplos de lo que ocurre. El tema de las aseguradoras estadounidenses es toda una trama de comercialización y puro negocio digno de ser estudiado.
En España, "gracias a Dios", el sistema sanitario es diferente. Contamos con un sistema universal gratis para todos los españoles dependientes de los poderes públicos, además de otros sistemas. Y aquí es donde me quiero parar. Existen aseguradoras privadas también y las mutuas, entre ellas, MUFACE, ISFAS o MUGEJU, las cuales se encuentran en crisis, sobre todo, MUFACE.
Pero, ¿qué es MUFACE y por qué está en crisis? Estas siglas significan Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado y para tener un mayor conocimiento de lo que es, hay que remontarse a sus orígenes más remotos en las primigenias entidades organizadas como sistemas mutuales, que ya existían en la Edad Media. En el siglo XVI aparecen las hermandades de socorro, que en el siglo XVII dan paso a los montepíos. En el reinado de Carlos III se tutela por el Estado la creación de los montepíos para los funcionarios, siendo el primero, el militar. Se fueron ampliando al ámbito civil y en el año 1763 se crea el Montepío de Ministerios y Tribunales. En 1764, el de Oficinas de la Real Hacienda. E,n 1831, el Estado decidió la absorción de los creados, asumiendo su fondo y también sus obligaciones, con cargo a los Presupuestos del Estado. En 1900 se promulga la Ley de Accidentes de Trabajo y la creación de mutuas de accidentes. En 1906, se crea la Inspección de Trabajo y en 1908, el Instituto Nacional de Previsión, germen del actual sistema de Seguridad Social. Las reformas llevadas a cabo en el sistema de seguros obligatorios de los años 40 del siglo XX no afectaban a los funcionarios, salvo en caso de accidentes de servicio. En estos años, los funcionarios tenían dos carencias importantes: la asistencia sanitaria-farmacéutica y la cuantía de las pensiones, vinculadas a un sueldo regulador que estuvo congelado durante años. Motivos por los cuales surgieron los antiguos montepíos o mutualidades para crear prestaciones de jubilación y supervivencia. En el año 1975, las mutualidades eran corporaciones de derecho público dotadas de plena capacidad jurídica y patrimonial y que no formaban parte de la Administración del Estado. Se crea MUFACE, a la que le siguieron dos nuevas normas: la Ley 28/1975, de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas, ISFAS, y MUGEJU (Real Decreto 16/1978). Así, pues, la historia de la Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado se remonta a la Ley 29/1975, de 27 de junio, fecha en la que se crea un organismo único de adscripción obligatoria para todos los funcionarios civiles. La reforma adoptó como solución promover una Mutualidad única, lo que garantizaría el fin de las desigualdades, una cobertura a todos los funcionarios y una adecuación de las prestaciones a las establecidas en el Régimen General, a cambio de asumir las cargas de las mutualidades existentes.
Hoy en día se considera un privilegio pertenecer a Muface, pero ya hemos visto que no lo fue en origen ni lo es ahora, pues se dejó fuera de la Seguridad Social a los funcionarios, seguramente por aquello de que como tenían un sueldo seguro, aunque escaso, ya conocemos el dicho "pasas más hambre que un maestro de escuela". Y funcionario que aprobaba unas oposiciones pasaba obligatoriamente a esta mutualidad. Y así, cada paciente que es afiliado a MUFACE ahorra a la Seguridad Social bastante dinero al año. Y ni qué decir tiene que cada afiliado a MUFACE paga su cuota, no es gratis. Y, si además, decimos que la pensión de jubilación es más baja, se cobra menos y que hay que pagar un 30% de los medicamentos, la verdad, no sé dónde está el privilegio. Eso sí, nos atienden las aseguradoras privadas, con dinero público y dinero de las cuotas de los afiliados, al igual que los afiliados a la Seguridad Social. ¡Vamos, que no es gratis!
Esperemos que las aseguradoras no nos dejen en la estacada porque no acepten las condiciones del Ministerio de la Función Pública. Segur Caixa Adeslas nos ha abandonado, dice que tiene pérdidas, que no es suficiente con el 33,5% que le ofrece dicho Ministerio, quiere un 47%, DKV no lo tenía muy claro, pero ha secundado lo realizado por Adeslas, la única que permanece hasta el momento, es Asisa, pero, ¿podrá acoger a todos los beneficiarios ella sola? Si nos quedamos sin aseguradoras privadas, MUFACE se va al garete y los cerca de dos millones de personas que pertenecemos a esta mutualidad, pasaremos a engrosar las listas de la Seguridad Social. Si las listas de espera son alarmantes, imagínense cuando agreguen a los de MUFACE, ¿nos moriremos esperando las citas médicas? ¡Por el bien de todos, un poco de comprensión y apoyo! Si MUFACE desaparece, nos perjudica a todos.?