El Centro Universitario de Enfermería Salus Infirmorum afronta el inicio de curso con una medida innovadora, una experiencia piloto encaminada a la implantación de la jornada laboral de cuatro días semanales tanto para el personal docente como administrativo que tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de sus empleados, potenciar la productividad y la calidad de la enseñanza que ofrece a su alumnado.
La propuesta comenzará con un estudio piloto de un año de duración durante el cual se realizará un seguimiento continuo de la plantilla. El programa ha realizado previamente un pre-test para recabar datos sobre estrés laboral y la calidad de vida del personal. «Este enfoque permitirá evaluar de forma más precisa los impactos y los desafíos antes de tomar una decisión definitiva sobre la implementación de la jornada laboral de cuatro días semanales a largo plazo», explica Isabel Lepiani, directora del centro.
Así, durante el curso se pondrá en marcha un sistema de rotación del personal y de redistribución de responsabilidades, de manera que siempre haya profesionales operativos para atender a las necesidades de los estudiantes y garantizar que las operaciones habituales del centro no se vean afectadas. «Esto garantizará que las expectativas de horarios y de disponibilidad se mantengan sin interrupciones», continúa la directora. En este sentido, la institución ha querido destacar que las clases se seguirán desarrollando de lunes a viernes con total normalidad y que el centro no se cerrará en ningún momento como consecuencia de esta iniciativa.
La motivación principal que ha llevado a este centro a la implantación de una medida de este nivel es mejorar la conciliación familiar y la calidad de vida del personal del centro, al tiempo que persigue «potenciar la eficiencia y la productividad de nuestra institución», sigue Lepiani. Y es que, «la educación superior es conocida por su carga de trabajo intensa y el estrés que conlleva, especialmente en programas tan exigentes como el de Enfermería. Reconocemos que nuestra plantilla dedica una gran cantidad de tiempo y energía a sus responsabilidades profesionales», afirma.
«Trabajar más horas no significa ser más productivos», apunta la directora del centro. No en vano, actualmente se están llevando a cabo procesos experimentales de reducción de la jornada laboral en 17 países. Como apunta Lepiani, «un día libre adicional permite más tiempo para la conciliación familiar, pero también permite que nuestros profesionales dispongan de más tiempo para preparar sus clases y evaluar el progreso de los estudiantes, así como para actividades de investigación y desarrollo profesional, lo que lleva a un aumento en la producción de investigaciones y publicaciones académicas que beneficia tanto al personal docente como a la reputación del centro».
«Dar más flexibilidad reduce el estrés, mejora la salud, aumenta la motivación, la productividad y la calidad en el trabajo, generando un ambiente de aprendizaje más equilibrado para nuestros estudiantes. Además, entendemos que la jornada laboral de cuatro días semanales puede hacer que nuestro centro sea más atractivo para nuevos talentos y contribuir a la retención del personal, ya que la medida se percibe como un beneficio significativo», señala la directora de Salus Infirmorum.
Otro elemento a tener en cuenta es la reducción de la huella de carbono a consecuencia del ahorro de energía en el centro y la reducción de la contaminación derivada de la disminución de los desplazamientos en medios de transporte del personal, con lo que supone también un beneficio para el medio ambiente. «Es, en definitiva, un enfoque más saludable y sostenible en la enseñanza», subraya Lepiani.
Salus Infirmorum se convierte así en el primer centro de educación superior de la rama sanitaria en aplicar una medida de estas características, desde el convencimiento de que es posible mejorar tanto la calidad de vida de los estudiantes como de los educadores sin comprometer la excelencia académica.
Finalmente, la directora del centro apunta que la medida será implementada «de manera cuidadosa y planificada» y con un compromiso de evaluación constante de los resultados para realizar los ajustes que sean necesarios, «sin perder de vista en ningún momento que el objetivo último de la propuesta es que nuestros estudiantes reciban la mejor educación posible».