Tras los malos entendidos por los fallos e incomprensiones habidos, la organización de La Viña Amarilla y el Aula de Cultura del Carnaval han sellado finalmente la paz.
Basta remontarse a los días 18, 19 y 20 del pasado mes de octubre cuando se desarrolló en el barrio de los caleteros de la capital un evento multidisciplinar que aglutinaba un buen puñado de actividades y que estaba enfocado a apoyar al Cádiz CF y, de paso, a reactivar el comercio y la hostelería de un barrio que en los meses que siguen al verano no están demasiado boyantes.
Las actividades programadas por la organización para ese fin de semana denominado La Viña Amarilla iban desde el carnaval, pasando por los monólogos, cantautores, salsa o títeres, a modo de ejemplo.
Para llevar a cabo dichas actividades, se pidió a locales participantes e instituciones colaboradoras bien su tiempo, bien su sede, bien dinero.
Así las cosas, por parte de la organización de La Viña Amarilla, el monologuista Manolo Bienvenido se puso en contacto con el vicepresidente del Aula de Cultura del Carnaval de Cádiz, Manuel de la Rosa para que este ente cediera sus instalaciones de la calle Venezuela para albergar una exposición de objetos cadistas que incluían hasta un trofeo Carranza y, al día siguiente, para el desarrollo de una tertulia para hablar de fútbol y para lo cual se invitó a un puñado de periodistas y cadistas destacados.
Sucede que, y así lo recogió este medio tras la celebración de La Viña Amarilla, ni la exposición cadista tuvo lugar en su sede ni la tertulia futbolística pudo realizarse al no prever el organizador la presencia de un moderador para la misma. Visto lo cual, el Aula del Carnaval, a través de Antonio Montiel y Manuel de la Rosa, presidente y vicepresidente del centro de documentación carnavalero, respectivamente, presentan su queja y exigen a La Viña Amarilla una disculpa pública y la devolución de la aportación económica realizada, cosa que sucedió ayer.
Manolo Bienvenido, citado por la cúpula del Aula de Cultura del Carnaval en la Peña Juanito Villar en plena Caleta, apareció puntual, pidió respetuosamente disculpas y devolvió la aportación que la institución realizó en su día. Y como amigos que son, seguirán siendo, ya que hablando se entiende la gente. Queda claro que cuando impera la buena voluntad, los malos entendidos se superan y quedan atrás. Bienvenido se pone a disposición del Aula para lo que necesiten y el Aula hace lo propio con el barrio de La Viña que lo acoge