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Cádiz

Los enfermos terminales de Hepatitis C piden celeridad en la administración de los nuevos fármacos

Los nuevos tratamientos tienen una tasa de curación del 95%, frente al 50% que ofrecen los medicamentos antiguos que además provocan unos efectos secundarios muy graves.

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Andaluc�a Informaci�nPublicidad AiPublicidad Ai
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  • Miembros plataforma afectados. -

Según los cálculos de la Plataforma de afectados de Hepatitis C que se ha creado en la provincia, en Cádiz hay 20.000 afectados, de los cuales 7.000 se encuentran en un estado grave. Según la portavoz del colectivo, Rocío Otero, hasta el momento no tienen constancia de que a ninguno de ellos se les haya suministrado los nuevos tratamientos que garantizan la curación en un 95% de los casos. 
La mayoría de los afectados han sido contagiados en el sistema sanitario porque la criba del virus no se descubrió hasta 1989. A lo largo de estos días atrás, tanto Mariano Rajoy como Susana Díaz han asegurado que ningún enfermo de Hepatitis se quedará sin tratamiento.

“La ciudadanía escucha esto y no entiende nuestras protestas, pero la cuestión está en que no nos garantizan el medicamento que nosotros queremos, de ahí que sigamos con nuestras protestas. Si la cura está, por qué no nos la dan. Se han rescatado autopistas y a la banca, y sin embargo, nos están poniendo trabas para salvar vidas humanas”, indicó Otero.

Marisa García se infectó en una transfusión que le practicaron en el Puerta del Mar hace 30 años y le diagnosticaron la enfermedad hace cuatro. “Me administraron el Interferón, un medicamento que siguen prescribiendo a día de hoy, con un tasa de curación del 50%, y casi me meta. Me convertí en un demonio, no podía ver a nadie, de hecho, el medicamento terminó con mi relación de pareja ya que psicológicamente era un bicho. Se me cayó el pelo y me quedé sorda y encima no me curé”, explicó la, afectada que comentaba además que “hoy por hoy no lo ha superado; yo no tengo por qué tener este tratamiento en mi cuerpo, porque además me lo contagiaron sin yo poder hacer nada y quiero curarme porque en esto va mi vida y la de mis hijos”.

Gema Reyes es la hija de otra infectada. Su madre está en fase terminal y lleva desde agosto esperando una consulta con el Digestivo para saber si tiene derecho al antiviral. “Mi madre tiene una cirrosis hepática y una disfunción renal aguda, lo que quiere decir que le quedan meses de vida. Ella no puede esperar, si se lo dan tiene que ser ya. Por su estado avanzado no se curará pero le podrían alargar la vida unos años y con una cierta calidad”.

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