Ni el alto precio de los alquileres del centro, ni la situación de los aparcamientos en la ciudad, ni siquiera la crisis económica provocada por la pandemia. Lo cierto es que la firma Inditex se va de Cádiz, tal y como lo está haciendo de otras pequeñas ciudades, por pura estrategia empresarial. El grupo de Amancio Ortega se ha dado cuenta del alza de las ventas por internet y lo que pretende es reorganizar sus tiendas para que sean compatibles con esta fórmula online. Un plan que requiere 2.700 millones de euros en inversión tecnológica, así como para la ampliación y renovación del espacio comercial. Apuesta clara por las ventas online que podría incluso llegar a poner en el alambre muchos puestos de trabajo en el futuro, ya que se podría prescindir de gran parte del personal en tienda.
El centro de la ciudad resiente la marcha de Zara y hará lo propio con Bershka y Massimo Dutti. En menor medida la firma Lefties, aunque también deja aún más huérfana si cabe a la zona de Astilleros, que nada conserva de su esplendor comercial de hace unos lustros. Sin embargo no es motivo para augurar una etapa de decadencia, ya que son otras muchas tiendas las que no se van, las que permanecen en las calles gaditanas. “El comercio del centro de Cádiz no es sólo Inditex”, asegura Beatriz Gandullo, de Cádiz Centro Comercial Abierto (CCCA). “Es verdad que es un gran varapalo, porque para nosotros funcionan como locomotoras para atraer gente, pero nos tendremos que reinventar. Hay muchos negocios y muchas familias dependiendo del pequeño comercio y no podemos dejar que se mueran”.
Precisamente para mantenerlo con vida, desde CCCA se está trabajando “paradójicamente más que nunca”. Las campañas e iniciativas continúan para fomentar que se siga acudiendo al centro para realizar las compras. Se está trabajando en una campaña de Navidad ambiciosa, pero respetando siempre las medidas de seguridad. “No habrá nada que suponga aglomeraciones, pero si trabajamos en aumentar los regalos del sistema de fidelización para premiar a la gente con sus compras; también para poner la ciudad más bonita que nunca si cabe, y de la mano del Ayuntamiento hemos acordado que la iluminación se inaugure el 30 de noviembre coincidiendo con el Blak Friday”, explica Gandullo.
Moda en el comercio local
La firma del multimillonario se marcha, es cierto, pero se queda una amplia oferta de otro tipo de comercio, el de cercanía. Tiendas como Nena Melena, en la calle San Pedro, donde encontrar moda sostenible y prendas hechas a man; como American Vintage en Columela o The King Vintage Shop, ambas expertas en moda americana; Isi, que trabaja con numerosas marcas; Chic & Glam Boutique con infinidad de opciones en moda femenina; Calvichi’s, con prendas originales e incluso personalizadas y un nuevo local en la calle Rosario.
“Nosotros preferimos que esté (Inditex), porque le da vida a la ciudad y al centro; pero creo que hay muchas tiendas que merecen la pena y también aporta vida a Cádiz”, nos cuenta José de La Cápsula, otra pequeña tienda em José del Toro donde además de moda se puede adquirir libros y discos. Considera que la marcha “podría suponer una oportunidad para descubrir este tipo de tiendas”. También cree que, más que la marcha de la multinacional, “es mucho más peligroso y hace más daño plataformas como Amazon, que la gente se acostumbre a comprarlo todo ahí”.
Desde Mechanic People, otra pequeña tienda de la calle Columela especializada en ropa Streetwear, Carlos no tiene claro si la huída será algo que beneficie o perjudique al pequeño comercio. “Es una especie de incertidumbre, pero puede que a tiendas como esta nos pueda beneficiar, porque alguien que piense comprar algo en Zara tendrá que desplazarse e igual no le compensa y sí que lo hace comprar un producto de más calidad aquí”.
Ambos piensan que estos grandes locales que quedan vacíos pronto serán ocupados por otra gran multinacional. Mientras tanto, aún queda comercio para rato.