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Chiclana

Una familia chiclanera rescata las Salinas de Santa Teresa

Tras casi tres décadas de abandono, la familia Chozas Rendón vuelve a dar una segunda vida a este enclave que se encuentra dentro del parque natural de la Bahía

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El olor a salitre impregna las Salinas de Santa Teresa, un enclave enmarcado dentro del parque natural de la Bahía de Cádiz que tiene más de 2.000 años de historia, y que tras casi tres décadas de abandono, ahora, una familia chiclanera ha decidido recuperar.

Esta iniciativa comienza con una historia de amor, la del padre de las hermanas Ángeles e Isa Chozas Rendón. “Mi padre tenía y tiene auténtica pasión por las salinas de Chiclana. En su tiempo libre él solía venir a visitarlas, se daba sus paseos, las plasmaba en sus pinturas, todo el tiempo hablaba de ellas. Un buen día llegó a casa y contó que había comprado una, no nos lo creíamos, pensamos que era una auténtica locura”, explica Ángeles.

Esa compra se traduce en la consecución de un “proyecto ilusionante”, un negocio familiar que abrirá sus puertas el 15 de junio y que albergará un centro de interpretación de las marismas, un restaurante, un área de talasoterapia, visitas guiadas y en el que, por supuesto, se podrá conocer la forma tradicional de hacer la sal en esta zona, así como su hábitat y fauna ornitológica.

“Las salinas han generado un importante legado cultural y etnográfico, representado por el salinero. Muchas personas trabajaron y sacaron su sustento extrayendo la sal de las salinas de la Bahía de Cádiz, bajo un sol de justicia, el sol gaditano. Las salinas artesanales siguen trabajando con un antiguo y laberíntico sistema que va canalizando el agua en un recorrido donde se va calentando y evaporando hasta formar los cristales de sal. Queremos que los visitantes conozcan esta historia a través de las actividades, pero también de los enseres que nos hemos encontrado allí y hemos respetado”, señala la directora comercial”, señala la ahora directora comercial de las Salinas, Ángeles Chozas.

Tras años en estado de abandono e incluso convertido en un improvisado vertedero, las Salinas de Santa Teresa se erigen ahora como un lugar idóneo en el que se pueden desarrollar diferentes actividades relacionadas con la acuicultura, la gastronomía y el ocio.

“Los visitantes podrán degustar la gastronomía chiclanera en nuestro espacio Esteros. Nos hemos centrado en los productos de kilómetro cero, pues entre nuestras propuestas, destacan el pescado de estero, de nuestros esteros, que los cocinaremos con la sal de nuestras salinas”, detalla Isa Chozas, chef y CEO de la empresa.

En cuanto a la talasoterapia, Ángeles explica que “se trata de un método terapéutico indicado en diversas afecciones ampliamente reconocido por las sociedades científicas y cada vez más difundido y demandado sobre todo por personas de países centroeuropeos”, así, estas salinas cuentan con baños de sal (helioterapia), baños en lagos de magnesio y baños con fango, junto a una playa de marismas privada.

“Ha sido un trabajo muy duro poder recuperar las Salinas de Santa Teresa como antaño, el equipo de obra que nos ha ayudado se ha tenido que formar para poder hacer la reforma siguiendo los pasos tradicionales, pero estamos muy orgullosas de cómo está quedando. Queremos que sea un espacio donde todos puedan conocer los esteros”, finaliza Ángeles.

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