El Gobierno va a instalar en Moguer el Instituto de Técnica Aeroespacial, para la fabricación de naves no tripuladas. Un último avance de la técnica para crear más paro, o no. Porque no habrá piloto, ni copiloto, ni tripulación, por eso mismo tendrá que tener un uso distinto a los actuales, usos de vigilancia, control, eso sí, control, sí. Una obsesión de todos los gobiernos para cumplir a rajatabla el principio: cuanto más poder, menos democracia.
Un adecuado paso intermedio próximo a alcanzar el “Nuevo Orden”, tan deseado y reclamado por algunas ministras y ministros, aunque estos no lo hayan declamado en público. El término municipal de Moguer tiene una extensión considerable, no es de los más grandes a pesar de ser extenso. Pero está cubierto de bosques, gran parte de ellos pre-parque de Doñana, lo que supone una clara e importante minoración del espacio disponible para montar una factoría de este tipo.
Pero dónde se piensa instalar la referida factoría dentro de su término municipal todavía no ha trascendido. Sería lamentable agrandar el polígono industrial, robándole espacio al pre-parque de Doñana, para instalar una factoría, que sin duda beneficiará al pueblo en puestos de trabajo, pero a cambio de disminuir el espacio público del Parque Natural. Existen otros negocios más acordes con la conservación del suelo y el subsuelo, por lo tanto no nos referimos aquí a más agricultura intensiva, pero sí, por ejemplo a producción de elementos no contaminantes, tan cerca del espacio natural más importante y delicado de Europa.
La ubicación de según qué empresas viene adoleciendo de falta de previsión, de descoordinación, y no solamente en Moguer. La de Hytasa junto a una vía férrea tenía una explicación, aunque luego, con la fábrica ya en funcionamiento, esa vía fuera suprimida y la empresa se quedara sin medio para la salida directa de su producción, que a partir de entonces tenía que ser transportada en camiones. Es un ejemplo, de los que hay bastante más, cada uno en su materia pero es también otro tema. Otro, porque Hytasa fue condenada a cerrar, como la vía férrea por la que salía su mercancía en una de tantas muestras de indiferencia industrial por parte de las autoridades locales, autonómicas y estatales.
No vayamos a vivir otro caso similar o con cierto parecido en la Agencia Técnica Aeroespacial. Todas las empresas pueden sufrir una “reconversión” similar a la de la textil, O la de Saca y otras muchas, como la de La Hispano Aviación, primera y única empresa aeronáutica que, con técnicas y patentes propias, creó aviones capaces de enfrentarse a los mejores del mundo.
Sin necesidad de pagar royalties.
Bien está que la industria pesada necesite la formación de grandes conglomerados industriales, que es el caso de los aviones de transporte; nadie se aparta de eso. Pero estamos hablando de industria mediana y pequeña. Sólo cabe esperar que esta incursión en el desierto industrial andaluz no se vea obligada a sufrir ningún revés, ninguna “reconversión”; que crezca y sea útil sin llegar a dañar un entorno natural único.