El CD UMA Antequera atraviesa ahora mismo
uno de los momentos más delicados de toda su historia. Desde que el pasado 12 de febrero, la Universidad de Málaga decretó la suspensión de toda la actividad deportiva en el Pabellón Universitario a raíz de una resolución del propio centro.
Desde entonces, resultó difícil
acceder a las instalaciones debido a la complicación de encontrar una pista disponible para llevar a cabo la preparación física y técnico-táctica de manera habitual durante la temporada en curso. Ahora la plantilla realiza los entrenamientos cada miércoles en el Pabellón Fernando Argüelles, lugar donde el club ha competido durante muchos años.
Además,
a todos los integrantes del equipo se les prohíbe el acceso al vestuario del Pabellón Universitario, donde se encuentra todo el
material necesario, como balones, equipaciones y zapatillas, entre otros. La persona encargada de preparar el material solo puede ingresar acompañada de un trabajador del Complejo Deportivo de la UMA y exclusivamente para recogerlo o dejarlo.
Desde el club solicitan ayuda para volver a la normalidad y regresar a su hogar, mientras las
autoridades competentes resuelven los asuntos administrativos y burocráticos surgidos recientemente.
Jugadores y cuerpo técnico no han recibido salario desde diciembre. Pese a ello, continúan
entrenando con el objetivo de ascender de nuevo a la máxima categoría del fútbol sala español.