El ajedrez es más que un juego; es arte, ciencia, deporte y filosofía. Así lo han demostrado los integrantes del Club de Ajedrez de Conil, que este 2024 celebra su décimo aniversario, una década marcada por la pasión, el esfuerzo y un impacto indiscutible en la vida cultural y deportiva del municipio. Fundado en 2014, este club se ha convertido en un referente local, no solo por sus logros deportivos, sino también por su compromiso con la enseñanza y la divulgación de los valores del ajedrez.
Para conmemorar este hito, se han organizado dos actividades especiales, la conferencia ‘Historia del Torneo Internacional Ciudad de Dos Hermanas’, a cargo del árbitro internacional Joaquín Espejo Maqueda, este viernes 6 de diciembre a las 20:00 en la Casa de la Cultura; y el Torneo de Ajedrez X Aniversario, valedero para ELO FIDE Rápido y FADA, el sábado 7 de diciembre a partir de las 10:00 en el Pabellón Torre de Guzmán.
Hace aproximadamente tres años, en una entrevista para Viva Conil , Francisco Ligero Marín, presidente del Club de Ajedrez de Conil, recordó los humildes inicios de esta entidad: “Todo comenzó en 2012, en un torneo que se celebró en el bar El Pechá, en la Atalaya Aquel día, Chano, uno de los dueños, me animó a participar, y aunque llevaba años sin jugar, fue un momento que reavivó mi pasión por el ajedrez”.
“Siempre hay que dar el primer paso, aunque el camino no esté claro”, decía Garry Kasparov. Así lo entendió Francisco Ligero Marín, actual presidente del Club de Ajedrez de Conil, cuando, casi por casualidad, decidió participar en un torneo organizado en el bar El Pechá en 2012. “Hacía años que no jugaba, pero me animé y lo gané”, recordaba Ligero en dicha entrevista, quien por entonces trabajaba como informático en Sevilla. Ese pequeño evento se convirtió en el germen de un sueño mayor.
Ligero recordaba cómo, tras aquella experiencia, José Carlos Muñoz Vilches, presidente del Club de Ajedrez La Cobijada de Vejer, insistió durante un año para que se federara en su club. “Yo vivía en Sevilla, era un simple aficionado, pero terminé aceptando. Empecé a competir, a estudiar y redescubrí el ajedrez”.
Dos años después, surgió la idea de fundar un club en Conil. Según relató Ligero, “en 2014, un grupo de entusiastas nos reunimos en El Pechá. Poco a poco organizamos la junta directiva, redactamos los estatutos y conseguimos que el Ayuntamiento nos cediera la Casa de la Cultura como sede”.
Aunque inicialmente se federó en el Club de Vejer, el interés por formar un club en Conil fue creciendo. Con un pequeño grupo de entusiastas, entre ellos Sebastián Narváez y José El Duende, en septiembre de 2014 se redactaron los estatutos del club, formalizando su inscripción un mes después. Su sede, cedida por el Ayuntamiento, se desarrolló en la Casa de la Cultura, donde los viernes comenzaron a reunirse para jugar y aprender.
“En ajedrez, como en la vida, las pequeñas decisiones marcan grandes diferencias”, decía Emanuel Lasker. Para el Club de Ajedrez de Conil, ese cambio ocurrió el 28 de diciembre de 2014, cuando organizaron un taller gratuito que atrajo a 40 niños. Este evento no solo desbordó las expectativas, sino que surgió una chispa que se transformó en una llama. A partir de ese día, las reuniones comenzaron a llenarse de nuevas caras, especialmente jóvenes interesados en aprender.
Con el tiempo, el club no solo creció en número, sino también en ambición. Desde 2015, han llevado el ajedrez a las escuelas locales, ofrecido clases para mayores en el Hogar del Pensionista y organizado torneos emblemáticos como la Villa de Conil, que ya cuenta con ocho ediciones. Además, han sacado las piezas al aire libre, con actividades que incluyen tableros gigantes en la Plaza de España.
La cantera se convirtió en una prioridad. “Sin cantera, no hay futuro. Mientras más jóvenes sean los jugadores, más sólido será el club”, declaró el presidente. Esta visión se ha consolidado con proyectos educativos como el programa Aula de Jaque en colaboración con la Junta de Andalucía y la formación en colegios locales como Tomás Iglesias y El Colorado.
Ligero, quien describió al ajedrez como “un arte donde cada movimiento tiene una belleza indescriptible”, destacó en aquella entrevista los beneficios educativos de esta disciplina. “El ajedrez mejora el cálculo, la memoria y la comprensión lectora. Además, fomenta valores sociales como el respeto y la perseverancia”, afirmaba.
En los últimos años, el club ha diversificado sus actividades: desde torneos valederos para ELO FIDE hasta clases en el Hogar del Pensionista y eventos como el Memorial Pepe Ureba. Este último, dedicado al maestro que introdujo el ajedrez en Conil, es una tradición que honra el legado de quien fue uno de los grandes impulsores de este deporte en la localidad.
“Sin cantera, no hay club”, afirmaba categóricamente Ligero Marín. Desde sus primeros talleres, el Club de Ajedrez de Conil ha priorizado la formación de jóvenes talentos, muchos de los cuales han llevado el nombre del club a torneos regionales y nacionales. El ejemplo más destacado es Juan Diego Bermúdez Ureba, un prodigio local que que este año se ha convertido o está a punto de convertirse en Maestro FIDE. “Es un orgullo para el club, no solo por sus logros, sino porque demuestra que nuestra apuesta por los jóvenes da frutos”, comenta Ligero.
Al respecto, Juan Diego estuvo con el equipo PAI elecam de San Fernando en el Campeonato de España por equipos, en los que sacaron una cuarta posición muy meritoria dada la alta competencia. Este Campeonato Europeo, celebrado del 21 de agosto al 1 de septiembre de este año, ha supuesto para Juan Diego una excelente actuación, ya que ha jugado contra siete jugadores titulados, consiguiendo un total de cuatro puntos ante los mismos lo que le ha dado un performance de 2400 y una ganancia total de 90,4 puntos permitiendo cumplir las condiciones para obtener el título de Maestro Fide.
A lo largo de la última década, el club ha sorteado desafíos, desde la pandemia hasta la necesidad constante de financiación. Con una cuota simbólica de 20 euros anuales y el apoyo de patrocinadores y presupuestos participativos del Ayuntamiento, han logrado organizar torneos de alto nivel y adquirir material imprescindible para seguir creciendo. Ligero destaca la importancia de esta colaboración municipal, que les ha permitido, entre otras cosas, impulsar talleres de ajedrez terapéutico y actividades inclusivas.
Pero el club no se detiene aquí. Para celebrar su décimo aniversario, ha preparado, como hemos mencionado, dos eventos especiales, una conferencia sobre la historia del Torneo Internacional Ciudad de Dos Hermanas, un cargo de Joaquín Espejo Maqueda, y un torneo valedero para ELO FIDE Rápido que reunirá a jugadores de toda la región en el Pabellón Torre de Guzmán.
“El ajedrez enseña, entre otras cosas, que las decisiones deben tomarse considerando sus consecuencias”, dijo en su día Anatoli Kárpov. En Conil, este deporte se ha convertido en una herramienta educativa fundamental. Los miembros del club no compiten solo, sino que llevan el ajedrez a las escuelas, impartiendo clases que combinan estrategia, cálculo y valores. “El ajedrez fomenta habilidades como la memoria, el respeto y la toma de decisiones responsables. Queremos que forme parte del horario lectivo, porque su impacto es innegable”, enfatizaba Ligero.
El club también ha explorado el ajedrez como terapia, desarrollando proyectos para mayores y promoviendo su práctica en diferentes espacios comunitarios. En palabras de José Raúl Capablanca, “el ajedrez distrae de las preocupaciones diarias”. En Conil, además, una a generaciones y fortalece los lazos de una comunidad que sigue creciendo en torno a este noble juego.
Con diez años de historia, el Club de Ajedrez de Conil mira al futuro con ambición. “Queremos mantener el ritmo de torneos, aumentar nuestra base de socios y seguir sembrando en la cantera”, afirmaba en su día su presidente. algo que seguro sigue vigente. Con iniciativas innovadoras y el compromiso de sus integrantes, el club continúa demostrando que el ajedrez, más que un deporte, es una forma de vida. En palabras del gran maestro Bobby Fischer, “el ajedrez es la vida”. Y en Conil, esa vida sigue latiendo con fuerza, una década después del primer movimiento.
