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La mafia tiene una oferta que el cómic no podrá rechazar

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Cuenta Roberto Saviano en Gomorra que los nuevos mafiosos italianos copian lo que la ficción narra sobre ellos. Mientras que el cine y la literatura ya han caído rendidos ante el atractivo con el que la Cosa Nostra tiñe sus historias, ahora es el cómic el que acepta la fascinante oferta de la mafia.
El último en publicarse en España ha sido Brancaccio, una historieta muy en la línea de lo que denuncia Saviano. Galardonada con el premio al mejor guión en la Comicon de Nápoles, esta obra entremezcla, con varias voces, la tragedia de los más deprimidos.

Giovanni di Gregorio y Claudio Stassi, guionista y dibujante de esta “historia de la mafia cotidiana”, como la traduce Norma Editorial en su versión española, recrean en viñetas el día a día de uno de los barrios más machacados de Palermo y, desgraciadamente, aquel en el que la Cosa Nostra es más fuerte.
Alejado de la versión épica de gángsters elegantes y vehículos de lujo, Brancaccio pinta una barriada sucia, abunda en su dialecto igual que hace Camilleri en las novelas de Montalbano, en sus tradiciones latinas y en la miseria de una vecindad donde el agua corriente llega un día sí y otro no, y la fuente pública se convierte en el lugar de encuentro más popular para sus habitantes.

Las 70 páginas grises de Brancaccio son una denuncia contra la mafia y un retrato de lo que “todo el mundo ve y sin embargo es invisible”, tal y como dicen sus autores en el epílogo, así como un grito contra el rito diario de la sumisión ante los abusos de una organización que se cimenta en los parias del capitalismo.
El tebeo negro de más éxito en castellano –salvando el cruelmente genial Torpedo, de Abulí y Bernet–, aunque con un carácter muy distinto a lo visto en Brancaccio, es Spaguetti Bros., una vuelta a la historia clásica de mafiosos italianos afincados en Estados Unidos, con un toque de parodia.

El guionista argentino Carlos Trillo, sastre del argumento de este cómic publicado en la colección BD de Planeta de Agostini, habla con Efe de la fascinación que ejerce la mafia en el mundo de las artes: “Si uno encuentra una idea nueva sobre el tema, siente como una imperiosa necesidad de llevarla adelante”.
Los hermanos Centobucchi  articulan la historia de Trillo dibujada por Domingo Mandrafina.

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