“Los políticos españoles, incluidos los nacionalistas, deberían enterrar el hacha de guerra y escenificar una voluntad de reconciliación en democracia”, afirma Merino en una entrevista con Efe, en la que habla de su nuevo libro, una reflexión sobre la “manía fratricida” que tanto daño ha hecho en la Historia de España.
Pocos días después de haberse incorporado oficialmente a la Real Academia Española y de haber recibido el Premio Castilla y León de las Letras, este maestro indiscutible de la narrativa breve afronta la promoción de La sima (Seix Barral), una obra que forma parte de sus novelas de la Historia y cuyo detonante fueron en cierto modo los atentados del 11 de marzo de 2004.
“El comportamiento extremadamente duro de la oposición en la legislatura socialista a partir del 11-M” animó a Merino (A Coruña, 1941) a novelar sobre “el espíritu terrible de confrontación” que suele reinar entre los españoles.
Ese enfrentamiento, que “la sociedad española, de luto tras el acto terrorista, no se merecía”, se le mezcló a Merino con la Ley de Memoria Histórica y con la polémica de las fosas de la Guerra Civil.
El resultado fue La sima, una buena prueba de que la novela “sirve para decir cosas que no se pueden contar de otra manera”, afirma el escritor, vinculado desde niño a León.
La novela está protagonizada por Fidel, un joven historiador, que en los últimos días del año 2005 y primeros de 2006 se refugia en la montaña de León para avanzar en su tesis sobre la primera guerra carlista y para participar en la exhumación de los restos de un grupo de personas que su abuelo, un líder falangista de la zona, mandó fusilar y arrojar a una sima.