Hay dos clases de hombres: los que viven hablando de las virtudes y los que se limitan a tenerlas”, decía el poeta Antonio Machado. Miguel Ángel Morales, Migueli pertenecía sin duda a la segunda categoría, era un político de los de antes, de los de hoy, de los de siempre.
Comprometido con su pueblo y con sus gentes, sus años al frente de la alcaldía de El Torno se han dejado notar a base de bien. Siempre con proyectos nuevos por los que luchar, siempre peleando por mejorar la calidad de vida de sus paisanos, siempre con una sonrisa en los ojos.
La misma sonrisa que brillaba en mi despacho la semana pasada cuando me presentó ese proyecto tan bonito para su pueblo, o la misma sonrisa que tenía siempre cuando iba para acompañarle en cualquier acto que hacía en su localidad.
No quiero olvidarme de su pasión por el fútbol, por su CD El Torno y por el Real Madrid, pero su gran y verdadera pasión era su familia, su mujer, sus hijos, sus nietos, a los que siempre nombraba y por los que había decidido dejar la política en la siguiente legislatura. "Quiero estar todo el tiempo que pueda con ellos" decía.
Su marcha repentina el pasado sábado ha dejado proyectos por sacar adelante, tristeza entre los vecinos de El Torno y entre todos aquellos que lo conocíamos y lo apreciábamos. Ha dejado un inmenso hueco difícil de llenar.
Estoy seguro que desde donde estés seguirás gritando los goles de Ronaldo, animando a tu hijo Chendo en el campo de juego y vigilando que tu pueblo siga creciendo y mejorando. Descansa en paz, amigo Migueli.
