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Alcalá la Real

Art-Decó: 25 años de maestros vidrieros

Isabel Arias y Rafael Valverde dan continuidad desde Alcalá a un arte milenario que sigue teniendo hoy en día su demanda

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  • Isabel Arias y Rafa Valverde, junto a uno de sus trabajos.

La vidriera es un arte exquisito, milenario, pero que sigue muy vivo. Sin embargo, son pocos los que lo cultivan y menos los que hoy por hoy desarrollan trabajos en sus variantes más sofisticadas. La empresa alcalaína Art-Decó es una de las representantes más brillantes que en la actualidad quedan en escena. Se cuentan con los dedos de una mano en nuestra provincia, algo que da idea de su excepcionalidad. Se cumple ahora un cuarto de siglo desde sus primeros trabajos, una ocasión excepcional para conocer este maravilloso tándem de artesanos del vidrio que forman Isabel Árias Garrido y Rafael Valverde Atienza).

Si dice la letra del tango que veinte años no es nada, veinticinco, al menos, si que deben ser algo. Lo reconocen Isabel y Rafa: “Hemos cambiado a mejor, empezamos para ofrecer un servicio a la comarca, y a lo largo del tiempo nos hemos ido expandiendo por España y Europa. Hemos ido creciendo en nuestro mercado, que antes era local o provincial y ahora gracias a las nuevas tecnologías, redes sociales y a nuestra web www.vidrieras-artdeco.com  es más nacional e internacional”.

Pero, ¿ha cambiado la técnica, este arte que parece tan intemporal? “La vidriera artística, en general,  ha evolucionado poco. Se siguen empleando los mismos tipos de grisallas y esmaltes desde la Edad Media y  las técnicas que se utilizan son muy semejantes a las de entonces. Si bien la aplicación de la electricidad a los hornos y soldadores, ha facilitado  su realización. También el uso de programas informáticos facilita a la hora de la realización de los diseños y bocetos, que hace 25 años se hacían a mano y con carboncillo para las sombras y acuarelas, y para la aplicación de los colores”.

Como cuando se le pregunta a cualquier padre, es difícil que se decanten por manifestar preferencia hacia cualquiera de sus “hijos”. “Estamos orgullos de todos nuestros trabajos, si bien de forma sentimental, están las vidrieras de “La Virgen de las Mercedes” y la de “Nuestro Padre Jesús” colocadas en la Iglesia Consolación, aquí en Alcalá la Real. De forma artística y por su minuciosidad y detalles, destaca la vidriera de la “Virgen de la Cabeza”, colocada en la Iglesia de San Francisco en Rute (Córdoba). Y por volumen de trabajo, las seis vidrieras realizadas para la Iglesia de San Mateo de La Puerta de Segura (Jaén), proyecto que se ha ejecutado en un año”.

Como decíamos al comienzo, el arte de la vidriera es majestuoso, pero pocos sus entendidos, y menos aún sus artesanos. “Son muy pocos los que quedan. La razón principal es que es un oficio artesanal muy antiguo y requiere de gran preparación (hablamos de la vidriera artística tradicional). A su vez es poco conocido y difundido y necesitaría de un apoyo institucional. Hoy en día no existen los grandes mecenas que inviertan en este tipo de artesanía y hay un gran desconocimiento del público en general”.

Aun así, la vidriera sigue teniendo su mercado, ya que, de lo contrario, no seguirían existiendo, por fortuna, profesionales como Isabel y Rafa. “Nuestros clientes son muy diversos, los clientes particulares que desean dar un toque de distinción a su vivienda, alguna institución pública, pero donde más se aprecia la vidriera artística son en las entidades religiosas: reformas de iglesias, asociaciones y particulares que donan vidrieras a las iglesias y también restauraciones tanto particulares como eclesiásticas”.

Un cuarto de siglo de faena y un trabajo minucioso como pocos, dan para alguna que otra anécdota. “Duele mucho, cuando has terminado una cara para una vidriera, y después de haber pasado siete u ocho veces por la mufla (cocido en el horno), se te rompe la pieza que se ha tardado en realizar unos veinte días; así que, tienes que volver a empezar...”. Como en cualquier otra profesión, hay penas y alegrías. “Lo mejor, es ver terminadas y expuestas tus vidrieras en los diferentes sitios, ya sean casa o instituciones, ayuntamientos, iglesias, etc. Lo peor es que este oficio es que no haya un reconocimiento por este tipo de artesanía y su poca valoración en general”.

Nuestra última gran pregunta tiene que ver con el futuro, ¿sobrevivirá Art- Decó a Isabel y Rafa? “Por ahora no hay relevo, fue una actividad iniciada de forma autodidacta y emprendedora por Isabel, para ingresar en el mundo laboral y que ha perdurado durante estos 25 años, en ellos hemos tenido épocas muy buenas de trabajo y otras en las que ha escaseado, pero en general el balance es positivo”.

 

 

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