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Córdoba

Equipos científicos del ceiA3 en las universidades de Almería, Huelva y Granada usan microalgas en proyectos

La alternativa que propone este grupo de investigadores se basa en la acción de las microalgas sobre la materia orgánica que contamina las aguas de lavado

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El Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario (ceiA3), que lidera la Universidad de Córdoba (UCO), desarrolla, a través de equipos científicos de las universidades de Almería, Huelva y Granada, proyectos dirigidos a utilizar microalgas en la elaboración de un combustible biodiésel, polímeros sin petróleo y en la purificación de los residuos líquidos de las almazaras

   Según ha informado el ceiA3, estos microorganismos, que viven en el agua --dulce o salada-- y contienen clorofila y otros pigmentos fotosintéticos, son altamente eficientes en la fijación de CO2, convirtiéndolo en biomasa, materia a partir de la cual se pueden obtener biocombustibles, según el estudio que, al respecto, se está llevando a cabo por el equipo de la Universidad almeriense.

   El proyecto, denominado 'Captura, fijación y valorización del CO2', que complementa uno anterior llamado 'Desarrollo de un proceso de producción de biocombustibles y valorización de la biomasa residual a partir de microalgas marinas', se realiza en colaboración con Endesa y forma parte del Programa Estatal para la Captura de CO2 y Producción de Biocombustibles con Microalgas del PlanE.


   El estudio se llevaba a cabo en la planta piloto para el cultivo de microalgas marinas localizada en el campus de La Cañada. En estas instalaciones, de 300 metros cuadrados, se trabaja en la producción de microalgas que después serán utilizadas para obtener biodiesel.

   En concreto, los investigadores almerienses trabajan en optimizar las condiciones de cultivo de la microalga ,de manera que se maximice la acumulación de ácidos grasos en la biomasa, puesto que éstos son la materia prima para la obtención de biodiesel", y para ello utilizan nuevas tecnologías para el cultivo de microalgas, analizando tres sistemas, con fotobioreactores tubulares, fotobioreactores planos verticales y reactores de tipo 'raceway', buscando el más rentable, por mayor producción a menor coste. Además, el estudio que este equipo de investigadores de la Universidad de Almería tiene entre manos también pretende reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera.

POLÍMEROS SIN PETRÓLEO

   Por su parte, la Universidad de Huelva investiga cómo obtener plásticos de las microalgas. El objetivo es conseguir biomoléculas que puedan usarse en la producción de polímeros industriales, sin necesidad de recurrir al petróleo, con las enormes ventajas medioambientales y económicas que supondría.

   Esta nueva línea de investigación, en un área en la que la Universidad onubense trabaja desde hace dos décadas, ha surgido a partir del proyecto europeo Splash (Sustainable Polimers from Algae and Hydrocarbons) en el que participan 20 grupos científicos de universidades y empresas, financiado con cargo al VII Programa Marco de la Unión Europea (UE) con nueve millones de euros.

   La finalidad es que polisacáridos e hidrocarburos producidos por las microalgas puedan ser usados como materia prima en la elaboración de plásticos -poliésteres y poliolefinas-: envases, cuerdas o fibras entre otras aplicaciones.

   Toda la actividad investigadora, que se desarrollará a lo largo de cuatro años, desembocará en una fase final de demostración, que cerrará el ciclo con la fabricación de los polímeros (incluyendo la fase de extracción de los compuestos de interés de las microalgas y su formulación definitiva). Con posterioridad será necesario adaptar el proceso para su implantación industrial, tarea que desempeñará la empresa privada.

    Para la investigación en microalgas, la Universidad de Huelva dispone del Centro Internacional de Estudios y Convenciones Ecológicas y medioambientales (Ciecem), situado en Matalascañas, en el que trabajan actualmente alrededor de una decena de investigadores en el campo de la biotecnología de microalgas.

ALPECHÍN REUTILIZABLE

   Por último, la 'spin-off' de la Universidad de Granada BIOT ha encontrado en las microalgas una solución para depurar los residuos líquidos que se generan en la producción del aceite de oliva y que figuran entre los más contaminantes de la industria agroalimentaria. Estos alpechines son uno de los quebraderos de cabeza más importantes del sector oleícola, que tradicionalmente trata de deshacerse de ellos sometiéndolos a procesos de evaporación en balsas.

   La alternativa que propone este grupo de investigadores se basa en la acción de las microalgas sobre la materia orgánica que contamina las aguas de lavado. En definitiva es emular el proceso natural optimizándolo y acelerando los tiempos para que sea viable desde el punto de vista industrial.

   El sistema utiliza unos tubos transparentes a la luz en los que se introducen las microalgas seleccionadas y posteriormente se inyecta el agua de lavado de la almazara. El líquido circula un tiempo por el sistema para permitir la actuación de las algas, que mediante la fotosíntesis consumen el CO2 y producen oxígeno, a la vez que gracias a su gran capacidad metabólica descontaminan las aguas de lavado de las aceitunas, hasta el punto de que puede ser reutilizada para riego, lavado de maquinaria o para verter a la red de saneamiento municipal.

   La reutilización de los líquidos residuales no solo mejora la gestión ambiental, eliminando las balsas de alpechines, y reduciendo los costes de las almazaras, sino que contribuye a un considerable ahorro de agua ya que se necesitan aproximadamente en torno a 50 litros para el lavado de 100 kilogramos de aceituna.

   La instalación es sencilla y a medida de cada industria oleícola. Es por tanto un sistema innovador, económico, viable y sostenible que BIOT prevé poder comercializar bajo patente la próxima campaña. Actualmente ya se han interesado un buen número de empresas por esta tecnología biológica.

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