La familia de una mujer de 63 años de edad que murió en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba en agosto de 2013 ha presentado la cuarta querella ante los juzgados por este tipo de casos, después de que supuestamente falleció como "consecuencia directa del tratamiento dispensado por personal de dicho organismo, así como por los nulos sistemas efectivos para la prevención y evitación de infección de la bacteria 'Klebsiella Pneumoniae multirresistente', y, además, 'Staphyloccocus epidermidis' y 'Proteus vulgaris', junto con el previo mal tratamiento recibido".
En concreto, según exponen desde la familia y el abogado defensor, Federico Medina, la fallecida tenía diagnosticado desde 2001 cáncer de mama, "del que estaba recuperada", hasta que el 8 de julio de 2013, acudió al Servicio de Urgencias del citado hospital "aquejada de un fuerte dolor abdominal localizado en la parte baja del lado izquierdo del abdomen, y presentando, según consta documentalmente, fiebre alta de 38,5 grados desde el día anterior a su ingreso".
Al respecto, los facultativos le diagnostican "dolor abdominal inespecífico"; si bien y pesar de ello, "no es ingresada para observación, dándole el alta a su domicilio, lo que, en sí, es totalmente censurable, dados los antecedentes de tener diagnosticado un cáncer de mama, con metástasis y en tratamiento oncológico, añadiendo que desde hacía cuatro meses tenía molestias abdominales y desde hacía dos semanas presentaba fiebre de forma irregular".
En fecha 9 de julio de 2013, la paciente acude al Hospital Provincial, donde es atendida, siendo derivada para una transfusión de dos concentrados de hematíes por presentar "un estado anémico importante". Horas después es dada de alta con la indicación de que se le hiciera un TAC urgente, "sin ni siquiera comprobar el estado y posible causa del dolor y la fiebre que la llevó el día anterior a Urgencias, sin que aparezca anotación alguna al respecto".
Posteriormente, una vez que la paciente es "asumida" por el Servicio de Cirugía General, los facultativos finalmente encargados de la intervención "no hacen absolutamente nada hasta el día 17 de julio de 2013, transcurriendo así unos días de vital importancia".
Así, "después de nueve días de espera, desde el 8 de julio, y mera contemplación por parte del Servicio de Cirugía General", la paciente es intervenida quirúrgicamente, porque ya han llegado al diagnóstico, "totalmente previsible y evitable, de perforación intestinal y estado peritonítico grave".
"UNA SECUENCIA DE COMPLICACIONES"
Lo que sigue a la intervención del 17 de julio de 2013 es "una secuencia de complicaciones que se solapan a una falta grave de respeto hacia los pacientes", unos "muy susceptibles de infectarse" por agentes 'nosocomiales multirresistentes' --con presencia de la bacteria 'Klebsiella Peneumoniae biotipo', de la que "da positivo", dado su estado de salud en un momento de "equilibrio inestable de la misma", y del resto, que estando ingresados en el ámbito hospitalario y en un estado de franca recuperación se tienen que enfrentar a "las malas praxis higiénicas y de prevención y control de los responsables del hospital".
Según explican, "todas esas posibilidades que se quieren ignorar, o no dar importancia, a pesar de que pueden llevar implícitas la muerte de pacientes totalmente inocentes son las que se presentan claramente en este caso".
Así, es reintervenida en cuatro ocasiones más, hasta el 9 y el 11 de agosto de 2013, y a tal efecto, consideran que la mujer es "infectada, en alguna de dichas intervenciones, seguramente en la primera de ellas, en la fase de reanimación o cuidados intensivos".
En definitiva, resaltan que la evolución de la mujer a partir de la infección por la bacteria 'klebsiella' "no tiene más final que la muerte", que se produce, no obstante, después de "una intensa lucha por superarla", en fecha 17 de agosto de 2013, "consecuencia directa causa efecto del tratamiento recibido y, a la vez, de la referida infección".
Además, han precisado que desde el 25 de julio de 2013 hasta el 31 de julio los familiares de la mujer "no supieron en ningún momento que su madre estaba infectada por la referida bacteria, lo que incrementó de forma realmente preocupante el riesgo de contagio".
HOMICIDIO IMPRUDENTE E INVESTIGACIÓN
En este sentido, creen que los hechos relatados, "sin perjuicio de una mejor calificación", pudieran constituir un delito de homicidio imprudente y piden una serie de diligencias de investigación como el interrogatorio de responsables del hospital, que "habrán de ser citados en calidad de imputados".
Asimismo, el letrado solicita que declaren sus clientes y perjudicados, además de una serie de pruebas documentales como los protocolos personalizados de vigilancia y control de las infecciones, entre ellas la 'Klebsiella Pneumoniae multirresistente', entre otras diligencias.