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Míchel no puede seguir (2-1)

Se le cayó el equipo en Anoeta; ya no existe ni un ápice de vida, así que o se reacciona a título deportivo o el Sevilla se mete en un lío

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El fin de la era Míchel, en el mismo lugar donde comenzó todo. El equipo está KO y el madrileño no debe continuar si al menos el equipo no quiere meterse en problemas. Y es hasta probable que el problema no sea suyo.


Sorpresa en minúscula en el once que dispuso Míchel en Anoeta. Principalmente, porque dispuso de Coke nuevamente en la diestra, mientras que el brasileño Cicinho se quedó en el banquillo. Señal de que el técnico madrileño no olvida con facilidad. Por lo demás, lo previsto.


Comenzó el choque con un Sevilla buscando con ansia el área rival. Sin claras ocasiones a destacar, entre Navas y Manu se forjaron los primeros ataques. Pero la primera en la frente. Se alcanzaba el minuto 17 cuando una triangulación fabulosa de los donostiarras gobernada por el francés Griezmann terminó poniendo de gol a Carlos Vela, el cual se plantó sólo ante Diego López y no perdonó. Mal asunto. Y lo de la defensa y su eterna pasividad es para mirárselo y dejarse ya de tantas mentiras. Es mala, muy mala.


El gol fue la sentencia. De capa caída. Sin ideas. Sin fútbol. El Sevilla de la ‘mala fortuna’ es que ni daba señales de vida. Incluso, pudo abrir brecha el conjunto txuri urdin con un fortísimo disparo de Rubén Pardo, que si no llega a ser por la buena intervención de Diego López, probablemente hubiera subido el segundo tanto al luminoso. No obstante, de la nada, el Sevilla pudo lograr la igualada. En el 32´de juego entró en acción el tridente. Balón en profundida a la carrera de Navas, que se comió a su par y puso un balón casi de gol a Negredo, que no llegó a alcanzarlo por centímetros. La Real, con muy poquito, como vienen acostumbrados los último rivales, se fue con ventaja. Ya ni el tiempo de descanso suena a bálsamo. Este Sevilla es una auténtica depresión andante.


El segundo periodo arrancó con una clarísima para los locales. Lo de Coke es de libro. Fundido, literalmente, dejó galopar a su par, nada más y nade menos que Griezmann. El francés le puso la pelota con clase al talentoso Xabi Prieto, que a bocajarro la lanzó por encima del larguero. Pero el que perdona lo paga. Y dicho y hecho. Un error en el despeje del meta Claudio Bravo terminó en las botas de Navas. Balón a la media luna para que Medel la enchufara sin compasión. Llegó el empate en el 49’, cuando la tragedia más parecía dominar a los sevillistas.


Pero la tónica era similiar. Muy poco necesitan los de Anoeta para plantarse con cierta claridad en el área de los de Míchel. Además, de nuevo desquició en los cambios. Mandó a Reyes al banquillo, sorprendentemente. Estaba siendo el mejor. Y para más inri, ahí llegó el segundo de la Real. Jugada de laterales. Caraja espectacular de Coke que no defiende al suyo y remata a placer. El ex sevillista De la Bella hurgó más en la herida de este pobre ciego.


Pero los males de Coke no acabarían ahí. En dos minutos se autoexpulsó. Vaya partidito del lateral. Su bagaje, dos centros al gallinero, un error grave en el segundo de la Real y dos amarillas en dos minutos. Para acostarse y no levantarse en un mes. Pero es que aunque la mona se vista de seda, mona se queda.


Injustamente, el Sevilla pudo empatar en los últimos compases. Remate clamoroso de Negredo en el saque de una falta y el meta chileno. Y poco más. Final de un partido y tal vez de un ciclo.

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