El Rayo Vallecano sorprendió a una desconocida Real Sociedad en Anoeta y se impuso con justicia, para tomar aire en su lucha por eludir el descenso y alejar a los vascos de sus pretensiones de luchar por entrar en plazas de Liga de Campeones.
Empezó intenso el partido y ya en el minuto 1 lograron los donostiarras el primer gol en su acercamiento inicial, cuando Rubén Pardo botó una falta e Iñigo Martínez cabeceó al fondo de la red adelantándose a la defensa rayista.
Se las prometían felices los aficionados que desafiaron el horario y la fresca noche en San Sebastián pero instantes después Joaquín Larrivey les amargaba el café, al convertir un penalti innecesario cometido por José Ángel sobre el propio delantero argentino.
Quedó noqueada la Real después de este tanto, el Rayo se envalentonó y dio algún susto en la portería de Zubikarai, sustituto del lesionado Bravo.
Una gran oportunidad para hacer el segundo la tendrían los locales en las botas de Vela en un remate fallido tras una galopada por banda de Chory Castro.
Rubén Rochina devolvió la moneda en el tramo final del primer tiempo en un disparo que se fue al exterior de la red de los guipuzcoanos.
Segundos antes de que el árbitro marcara la senda de los vestuarios llegó el segundo tanto realista obra de Pardo en un remate intencionado, con Rubén cegado por su defensa.
Nuevamente enderezó el vibrante encuentro el equipo madrileño tras el descanso por medio de su máximo realizador, Alberto Bueno, con la cooperación de un Zubikarai que pudo haber hecho algo más.
El guardameta realista, segundos más tarde, equilibró su balance con una gran estirada a disparo de Rochina que iba a gol y que anunciaba lo que estaba a punto de llegar.
El centrocampista valenciano, el mejor de su equipo, seguía siendo un martirio para la Real y en el minuto 67, a pase de Bueno, hizo el 2-3 de un gran disparo desde fuera del área.
La Real, sin brújula, quiso y no pudo en la parte final de un partido en el que el Rayo demostró oficio para llevarse tres puntos importantes en su carrera hacia la salvación.