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Martes 16/04/2024  

Desde la Bahía

Aceptar ser ‘memo’

Hemos sobrepasado la Semana de Pasión. La política de acercamiento y visitas a cofradías, cumplió su trámite y ya es pasado y olvido

Publicado: 24/04/2022 ·
21:04
· Actualizado: 25/04/2022 · 17:52
Autor

José Chamorro López

José Chamorro López es un médico especialista en Medicina Interna radicado en San Fernando

Desde la Bahía

El blog Desde la Bahía trata todo tipo de temas de actualidad desde una óptica humanista

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Una de las ventajas o quizás la única que tiene el inteligente actual frente a la mediocridad, es que puede hacerse pasar por mediocre, mientras lo contrario, es imposible. Funcionaba como un dogma.

La vida de la inteligencia siempre fue difícil, antes de la rueda, con la rueda y tras la rueda y el dominio del espacio.

La modernidad que es “algo cambiante”, continuamente precisa dejar atrás cadáveres, para incorporar una nueva forma de vida, cada vez más necia. Pero ya no hay tontos.  Hay “listillos” que piensan sin aprendizaje previo, base de la mediocridad y su peligro, que lo fundamental para alcanzar puestos de relevancia y poder, no está en las aulas, las bibliotecas, el estudio de los libros, el esfuerzo o la responsabilidad, sino en la calle, con el grito y la algarabía de las masas, en el insulto, la arrogancia, la soberbia, el desprecio y la demagogia que es el aceite que permite el rodaje de este motor de la inepcia que nos acompaña, con carrocería de ignorancia, incultura y derribo de valores.

El “manejo” no es nuevo, pero estaba falto de un viento, una fuerza propulsora que le diera extraordinario vigor. Televisión y redes sociales aparecieron como los objetivos precisos para tal fin y su caza y captura fue el blanco donde confluyeron todas las saetas más vulgares.

Apoyados en estos medios se fabrican “líderes” con pedestal de lodo por si hay que acelerar su caída y famosos que no lo son ni por su ciencia, su arte o su valor, sino por su lengua viperina. Y no hay ni un solo mediocre que se resista a intervenir en debates sonrojantes, donde el desconocimiento muestra su salvaje atrevimiento. Y el sistema democrático de vida, enemigo acérrimo de la desigualdad, por desconocimiento de lo que de igualdad precisamos, da cimiento a esa amplia parte de la sociedad, inmersa en la patología crónica de la indiferencia y el “moderno analfabetismo”.          

En un Estado de ideales injustos es una utopía exponer inteligencia o razón. Cuando se promulgan excesivo número de leyes, la libertad se sumerge en turbias aguas.

Con estos problemas entramos en la madrugada y con los mismos iniciamos el alba y aunque el día se desprende de su luz, nosotros nunca nos desprendemos de nuestros rencores. Y en la memoria que solo debían prevalecer los recuerdos agradables o encantadores, solo predomina el resentimiento y la venganza. En el nido de la ignorancia solo hay pájaros depredadores.

Hemos sobrepasado la Semana de Pasión. La política de acercamiento y visitas a cofradías, cumplió su trámite y ya es pasado y olvido. Andalucía se enfrenta a un nuevo reto electoral. Se suceden gobiernos y se engendran nuevos “padres de la patria andaluza”, algunos de ellos finalmente “padrastos” o imputados en delitos de malversación. Y debía de dar risa, si no fuera por lo triste que es para el andaluz, que siempre se lleve de lema, la propuesta de hacer una nueva Andalucía. Cabía decirle, pero si lleva usted años gobernando y no lo ha hecho  ¿qué ocurre?, o se trata de un inepto que no debía estar ocupando ese puesto o bien si tenía capacidad para hacerlo, es un inmoral, por no haberlo llevado a cabo en años previos.

Volverán a gobernar las instituciones nuevos parlamentarios - o concejales cuando se trate de elecciones municipales - a los que nadie le ha pedido un curriculum que acredite su capacidad - que pueden tener o no - y de nuevo los funcionarios de estudio y experiencia tendrán que genuflexionar su saber a la mediocridad que con los años de democracia ha aprendido a adoptar un aire de intelectualidad y conocimiento que hasta entonces no habían conseguido. Su cargo les hará ocupar asientos preferentes en todos los eventos de importancia socio/cultural, con el beneplácito y veces adulación de los que rigen todas las instituciones, donde también la vulgaridad ha abierto amplia oquedad.

Los críticos tendrán nuevamente amplia fuente de inspiración para sus escritos y en las barras de los bares, por fin abiertas al cliente y abandonadas las mascarillas, se vivirán los ecos de las voces que se disputan, como si de una competición se tratase, cual es el partido de las bondades o maldades, de la represión o la libertad, pero nunca de la igualdad y progreso para todos los componentes de la sociedad.

Y el intelectual podrá seguir haciéndose pasar por tonto, aunque lo más probable es que a partir de ahora se lo exijan.

 

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