Ya en la presentación ofreció el segundo coro de la noche, la agrupación del laureado Julio Pardo, un auténtico espectáculo de potencia vocal en un grupo sobrado de garantías a la hora de interpretar el repertorio.
El primero de los tangos fue en defensa de las mujeres ante el maltrato, renegando en todo momento las comparaciones con los instrumentos para hacerlo así acorde al tipo. El segundo fue en defensa de los inmigrantes con un curioso giro final, puesto que hicieron referencia al nacimiento de Jesús recordándole a los racistas que fue un palestino quien “cambió el mundo”.
Primer cuplé para la moda de cantar fuera del Falla. Segundo para ellos mismos y su tipo. Buen pase.