La canciller alemana, Angela Merkel, ha afirmado este jueves que está "impresionada" con el "ritmo y la consistencia" de las reformas puestas en marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy, y ha asegurado que confía en él para que siga tomando las medidas necesarias para recuperar la senda del crecimiento económico, rechazando proponer nuevas reformas o condiciones para España.
En una rueda de prensa conjunta con Rajoy celebrada en La Moncloa tras el encuentro entre los dos dirigentes, la canciller ha afirmado que tanto su Gobierno como el pueblo alemán tienen un "gran respeto" ante lo que está haciendo España, y ha recordado que los efectos de las reformas en términos de empleo requieren "tiempo". "Lo sabemos por experiencia propia", ha añadido.
"Es un trecho difícil, pero estoy profundamente convencida de que la senda emprendida es la correcta. Eso lo dice mucha gente en Alemania y muchas otras partes del mundo", ha añadido Merkel, apostillando que su intención con esta visita no es "decir qué reformas se tienen que hacer en España o no", ya que tiene "plena confianza" en que Rajoy seguirá avanzando por la vía adecuada.
De hecho, según ha relatado, durante su encuentro de más de hora y media ambos dirigentes se han dedicado a tratar las medidas que ya se han puesto en marcha tanto a nivel europeo --particularmente lo que se debatirá en el Consejo Europeo de diciembre relativo a la supervisión bancaria común o temas fiscales--, como nacional --tales como el proceso de saneamiento bancario o los fondos de recapitalización--.
En este sentido, Rajoy también ha informado a la canciller alemana de "la cooperación muy estrecha" que está teniendo por parte de las comunidades autónomas, a las que también atañen las reformas porque "cuando se hacen reformas a nivel de país siempre tiene que cambiar algo a todos los niveles".
NO SE HA HABLADO DEL RESCATE.
Sin embargo, un tema que, según ha dicho, no ha surgido durante la reunión es la posibilidad de que España pida un segundo rescate para relajar las tensiones sobre la deuda soberana.
De hecho, mientras Rajoy y Merkel comparecían en La Moncloa, el gobernador del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, daba cuenta desde Fráncfort de la reunión del organismo, que ha autorizado un plan para comprar deuda pública en el mercado secundario con "condicionalidad" y siempre que los estados miembro lo soliciten previamente.
"Hemos hablado sobre lo que se está llevando a cabo, pero no hemos comentado para nada posibles condiciones", ha afirmado Merkel, recordando que el BCE "actúa dentro de su independencia y mandato", que incluye mantener la "estabilidad del valor de la moneda" con las medidas que crea "oportunas".
Frente a eso, los líderes políticos no están para valorar cuándo los tipos son demasiado elevados o no, sino para "hacer los deberes políticos" para "recuperar la confianza en el euro y que los mercados internacionales tengan la confianza en que los estados miembro cumplirán sus compromisos".
"Y todas las medidas que sirven a la estabilidad del valor del dinero, que es de lo que hablamos en el BCE, no pueden suscribirse a la voluntad política. Por eso es importante que nosotros, como políticos, hagamos nuestros deberes. Y que los hagamos de forma tan creíble que los mercados recuperen su confianza en nosotros", ha insistido.
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Por último, Merkel ha subrayado la "relación de amistad" mantenida entre España y Alemania desde "hace décadas" y ha valorado que los "sólidos puentes" que existen entre ambas sociedades no cambiarán.
Sin embargo, ha reconocido que es consciente de la imagen que Alemania está granjeándose en España con la crisis, pero se ha mostrado optimista de que esta vista sirva para "que hablemos los unos con los otros y no los unos sobre los otros". "Esta visita favorecerá la comprensión mutua para poder hablar los unos de los otros. Es muy importante que en Europa resaltemos siempre lo que hacen los demás", ha defendido.
A renglón seguido, ha considerado "muy malo" que la crisis lleve a los ciudadanos a "echar la culpa a un tercero cuando las cosas son difíciles" y ha afirmado que su intención no es "complicar la vida a los demás". "Tenemos que entender que ningún país quiere imponer algo difícil a otro porque sí. Tenemos que pasar por estas reformas porque es la única manera de salvaguardar nuestra prosperidad", ha dicho.
Y es que, a su juicio, aprovechar esta crisis para "lograr lo que no se logró en cooperación política cuando se introdujo el euro" para que "dentro de 20 años Europa siga siendo un continente que el mundo se tome en serio".
"Eso me guía en mi política. Quiero que Europa siga siendo un continente del que uno se pueda sentir orgulloso, que se está haciendo cosas buenas. Por eso trabajamos tan duro. Pero juntos, porque 80 millones de alemanes no podemos hacer nada en un mundo de 7.000 millones de personas. Sólo juntos los 500 millones de europeos podemos hacer algo. Todos tenemos que juntarnos y hablar de lo que se está haciendo, que es mucho más de lo que se ha hecho en los últimos 15 o 20 años y más rápido. Ésta es una gran oportunidad para Europa. Creo firmemente que Eruopa saldrá reforzada de la crisis", ha concluido la canciller.