El conseller de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia de la Generalitat, Raül Romeva, ha asegurado este domingo que en el referéndum sobre la independencia de Catalunya que prevé celebrar el Govern "quien crea que tiene que votar 'no' tendrá herramientas a su alcance para defenderlo".
"Tenemos que garantizar la igualdad de oportunidades, tanto a los que defienden una tesis como otra", ha afirmado en una entrevista de Catalunya Ràdio recogida por Europa Press en la que ha aseverado que el referéndum se hará y que ya se está organizando.
Romeva se ha mostrado partidario de realizar esta consulta pactándola con el Estado, "en un marco como el británico, como se hizo con Escocia", pero ha defendido que el Govern baraje y esté trabajando en otras opciones.
Preguntado por si consultar a la ciudadanía puede convertirse en un desafío viendo antecedentes como el Brexit, ha respondido que los referéndums no son un problema: "Cuestionar el instrumento en lugar de las razones de por qué la gente vota como vota es uno de los grandes errores del proyecto europeo".
"Con esta regla de tres tendríamos que poner en cuestión las elecciones porque no salen aquellos que nos gustarían", ha argumentado el conseller.
Sobre la relación del Govern con la CUP, ha alertado, como ya hizo el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que el futuro de la legislatura depende de la aprobación de las Cuentas de 2017: "Si no hay Presupuestos tendremos que ir a elecciones".
"No pido a nadie lo que no quiera hacer, pero pido que cada uno sea coherente con lo que dice que quiere hacer", ha añadido en alusión a los anticapitalistas.
ACCIÓN EXTERIOR CATALANA
Romeva también ha defendido la acción exterior llevada a cabo por la Generalitat a través de su Conselleria y ha recordado que es una potestad recogida en el Estatut: "Lo dicen aquellos textos que algunos consideran sagrados".
Asimismo, ha asegurado que ha hablado por teléfono con el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, conversación que no logró tener con su antecesor, José Manuel García-Margallo, y ha abogado por mantener una relación constante con la cancillería española. "Es innecesario hacer ver que no queremos hablar porque lo acabaremos haciendo".