El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol ha reclamado este domingo que su historia se trate con objetividad: "No me haga dictar lo que debería decir la historia. A los que se quieran ocupar solo les pido objetividad".
En una entrevista del diario Ara recogida por Europa Press ha defendido su legado y ha asegurado que no se arrepiente de lo que hizo al frente de la Generalitat: "No me desdigo de lo que, en líneas generales, hice".
"De mi proyecto de país hay muchas cosas que quedarán, contribuciones importantes a lo que decíamos hacer país, construir Cataluña y fortalecer la sociedad. En esto participó mucha gente y muy diversa", ha reivindicado.
Asimismo, ha afirmado que la Transición "no fue un engaño, de hecho, fue un éxito, pero es evidente que algunos problemas no se resolvieron suficientemente bien", aunque ha rechazado concretarlos.
Sobre la actualidad, Pujol ha señalado que en Cataluña "hará falta que todo esto sea completado por un liderazgo potente que le permita sacar provecho y vencer los obstáculos que tiene enfrente".
Además, ha destacado que, "pese a los problemas y líos que hay, continúa teniendo una actividad económica social y cultural de alto nivel", y que Cataluña está demostrando una gran vitalidad, según él.
SITUACIÓN PERSONAL
Pujol ha lamentado que desde 2014 "se ha destripado" la vida de sus hijos, de su mujer y la suya, y ha sostenido que no tiene ninguna acusación de corrupción.
"Después de casi 6 años de investigaciones de todo tipo no hay encima de la mesa ninguna acusación de corrupción, ni por acción ni por omisión. Yo no solo he estado estos últimos seis años mirado por encima y por debajo, mi conducta y la de los míos, sino desde el primer momento que gano unas elecciones, el 1980", ha añadido.
Asimismo, ha reconocido que no está en el mejor momento de su vida: "Sé que me toca vivir una época de descenso: estoy un poco sordo, ando con un bastón,, hace unos días tropecé y ahora tengo una luxación, ya no tengo tanta memoria como hace unos años".