El doctor Eduardo Vela ha declarado este lunes en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid por un caso de bebés robados de 1969 que no ha dado "ninguna niña a nadie" y ha afirmado que sólo se encargaba del tema médico en la clínica San Ramón de Madrid y que eran las matronas y las asistentes sociales quienes se encargaban de registrar a los bebés.
Así lo ha manifestado en su declaración en el juicio que se celebra desde este martes, a pesar de que la frase la ha dicho entre murmullos y de forma casi imperceptible al no dirigirse al micrófono. Pero la fiscal seguidamente le ha repetido lo dicho para que hubiera constancia de ello.
El ginecólogo ya retirado se enfrenta a una petición fiscal de once años de prisión por un delito de sustracción de menores, suposición del parto, falsedad documental y detención ilegal. La denunciante eleva la solicitud de pena a 13 años de cárcel.
Por su avanzada edad, Vela se ha mostrado débil durante el juicio y con problemas de audición, teniendo dificultades para entender lo que se le preguntaba. De este modo, la fiscal y abogados han insistido en preguntarle de forma clara y sencilla.
"¿Recuerda a Inés Pérez? Le suena este nombre. Recuerda que se hizo un careo en el juzgado con esta señora, que le decía que usted le había dado a la niña", le ha insistido la fiscal. "No le he dado una niña a nadie", le ha replicado el acusado moviendo la cabeza indicando un no. Además, ha dicho que no le suena "de nada" este caso.
Sobre si firmó o falseó partes, le ha contestado con un "no". Pero seguidamente ha dicho que sí firmaba los partes de nacimiento. "Yo creo que nadie comprobaba si los datos del certificado eran correctos", ha agregado. Además, ha recordado que había monjas en la clínica y otros médicos que atendían partos.
"NO LO SÉ"
La fiscal ha arrancado el interrogatorio preguntándole sobre sus socios y si se encargaba de todo en la clínica San Ramón de Madrid, de la que era director y médico. "¿Controlaba la actividad de la clínica?", le ha preguntado varias veces la fiscal, a lo que éste le ha replicado que no sabe. "No puedo decirle", le ha dicho sobre el número de camas que había en el sanatorio.
Sobre cuál era el protocolo cuando una mujer entraba en la clínica a dar a luz, el acusado ha movido la cabeza y ha dicho que solo sabía "el tema médico", afirmando que las asistentas sociales y las matronas se encargaban del tema de registrar a los nacidos. "¿Dónde se guardaban estos libros?", le ha inquirido. "No los sé", ha contestado.
Además, ha señalado que las monjas y asistentas se encargaban de las adopciones que se tramitaban en la clínica. "Alguna monja quizá", ha dicho al ser preguntado sobre esta cuestión.
Sobre el caso objeto del juicio de junio de 1969, la fiscal le ha mostrado un documento sobre el cuestionario para la declaración del nacimiento en el registro civil y el parte del facultativo que asistió al nacimiento de Inés Madrigal. Tras ello, no ha reconocido su firma en la partida de nacimiento.
Su defensa le ha preguntado sobre si había un libro de admisión, a lo que este le ha contestado que creía que no. También le ha explicado que eran matronas y enfermeras quienes cumplimentaban los registros o historias clínicas.
Vela también ha señalado que tras el cierre de la clínica en 1982 no se llevó ningún documento, sin saber que pudo pasar con los libros de registro que nunca han aparecido.
"ME ENTREGÓ A MI MADRE"
En su declaración en el juicio, Inés Madrigal ha comenzado afirmando que Vela le entregó a su madre. Con 18 años, su madre adoptiva le cuenta la verdad. Era 1987. "Me dijo que era la hija de una señora que no me podía tenerme", ha relatado la denunciante, quien ha agregado que la comentó que todo había sido a través de un sacerdote llamado Félix.
Sin embargo, ya con 8 años comenzó a sospechar que había algo raro. "En aquella época, mis padres vivían en Los Molinos. Un día mi madre llegó con un bebé y la gente no la había visto embarazada. Y ya saben que en los pueblos se habla", ha narrado.
Pasó el tiempo y un día en el colegio, la llaman "adoptada". "No sabía que era eso. Y le pregunté a mi madre. A raíz de ahí. Algo extraño había. No encajaba. Es una intuición que tenemos la gente que somos adoptados", ha dicho.
Sobre cómo se lo ha contado su madre, ha recordado que siempre le decía el mismo relato. "Recibieron una llamada telefónica en la lechería del pueblo porque eran los únicos que tenían teléfono. Les citaron en San Ramón porque había una niña de buena familia embarazada y les iban a dar el niño y que iba a simular embarazado con cojines. Le dijo que no fuera a la peluquería y que tuviera síntomas de embarazada. Les llamaron a la semana", ha contado.
Su madre, ya fallecida, le contó que no pudieron vestir a la niña porque si no se iba a "descubrir el ajo", una frase que solía repetir cuando le contaba lo que pasó aquellos años. Sobre el cura que habría actuado de intermediario, ha señalado que nunca le habló de Vela y que siempre ha sentido que le ha seguido la pista.
Cuando en 2010 supo que la partida de nacimiento estaba falsificada fue "un palo terrible", algo "demoledor". "Yo he cruzado perfiles de ADN cuatro veces. Es muy doloroso", ha señalado reconociendo que ha tenido que acudir a tratamiento para desahogarse.
A preguntas de la fiscal, ha dicho que quiere ser indemnizada, pero ha querido dejar claro que todo esto no ha sido por dinero. "Estamos aquí por dinero porque hubo una compra-venta de bebes. Aunque mi madre siempre dijo que Eduardo Vela le regaló una niña", ha concluido.
Tras ella, ha comparecido la mujer de Vela, quien ha negado haber conocido a Inés Pérez y haber estado presente en el momento en que Madrigal fue entregada a su madre adoptiva. Además, ha dicho que a veces acompañaba a su marido cuando éste daba consulta en su casa.
Dos de las enfermeras que en aquella época estaban en la clínica San Ramón han manifestado que solo había rumores de algo, negando conocer la existencia del entramado.
PRESCRIPCIÓN
En las cuestiones previas, la defensa del acusado, el abogado Rafael Casas, ha planteado que los delitos están prescritos, algo que ha rechazado la fiscal, el abogado de la acusación, Guillermo Peña, y el tribunal que preside Maria Luisa Aparició.
"No ha cesado la situación ilícita. Es un delito de efectos permanentes", ha expuesto el letrado Peña en su alegato. La presidenta del tribunal ha subrayado que esa cuestión se resolverá más adelante, una vez que se dicte la sentencia tras la celebración del juicio.
Vela, de 85 años y que va en silla de ruedas, había intentado suspender su declaración por su supuesta incapacidad por su estado de salud y su avanzada edad de 85 años. Pero finalmente el forense ha determinado que sí lo puede hacer, según fuentes jurídicas.
NO BUSCA VENGANZA
A su llegada a la Audiencia, Madrigal ha afirmado que no tiene necesidad de "venganza" en relación al doctor Eduardo Vela, si bien ha manifestado que si entra en la cárcel por su caso no pedirá que salga.
"Me encantaría que pidiera perdón porque ha hecho mucho daño. No lo va a hacer. Sabe muchos secretos. Vale más por lo que calla", ha aseverado la presidenta de SOS Bebés Robados de Murcia y la denunciante del que fuera director de la Clínica San Ramón de Madrid, epicentro de la trama de bebés robados.