Esta iniciativa parte de la premisa de que la temperatura asociada a una persona puede indicar un posible positivo de la enfermedad
El Colegio de Farmacéuticos de Madrid plantea interrogantes sobre la efectividad de algunas de las medidas que se barajan para detectar posibles contagios de coronavirus como la toma de la temperatura corporal para acceder a locales públicos.
Esta iniciativa parte de la premisa de que la temperatura asociada a una persona puede indicar un posible positivo de la enfermedad y, por ello, un riesgo de contagio, señala el Colegio en un comunicado.
Sin embargo, según los farmacéuticos, llegar a esa conclusión "resulta precipitado", ya que "nos encontramos ante un criterio no evidenciado científicamente y no podemos establecer una relación de causalidad de modo indefectible".
Por tanto, "no es una medida que garantice la efectividad de evitar la trasmisión del virus, dado que el número de pacientes asintomáticos es elevado".
Además, los farmacéuticos creen que habría que valorar si es una medida necesaria, sin olvidar el coste económico de la implantación y el impacto reputacional que puede sufrir el establecimiento.
¿Qué ocurre con los datos de salud de los ciudadanos?. El Colegio recuerda que, según el criterio de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), "no se puede tomar un dato de salud de una persona y tratarlo espontáneamente por cualquier gestor de un lugar público simplemente porque crea que es lo mejor para sus clientes o usuarios".
Por ello, en el caso de implantar este tipo de sistema, "se debe tener en cuenta que éste no registre la información obtenida asociándola a un dato identificativo de usuario", por lo que "es importante utilizar equipos homologados para dicha finalidad".
Asimismo, la toma de temperatura debe hacerse siempre contando con personal cualificado e informando a los usuarios de que se va a realizar dicho control de temperatura con las garantías mencionadas.
El Colegio de Farmacéuticos de Madrid recomienda "fomentar otras medidas de protección que sí tengan evidencia de utilidad, como el uso generalizado de mascarillas o medidas de distanciamiento social, antes de implantar un sistema que ponga en riesgo la privacidad".