Acaba de ser reelegida para seguir al frente de los afectados onubenses de la presunta trama de bebés robados. Serán tres años más de lucha después de una primera etapa en la que se ha logrado que se hable, y mucho, de los oscuros sucesos, pero en la que también han sido y están siendo muchos los muros judiciales contra los que están chocando. Esperanza Ornedo tiene claro que no va a tirar la toalla y en la entrevista concedida a Viva Huelva resume el trabajo hecho hasta ahora y marca los retos futuros en su nada fácil batalla.
¿Cuáles son los principales logros de la asociación en sus tres primeros años?
–En principio, que se imputaron a 18 personas relacionadas, entre médicos, ginecólogos, pediatras y demás personal sanitario. Llevábamos muy buen camino con la investigación abierta. Nos colocamos los primeros porque no había ningún imputado en España. Cuando mejor íbamos nos dieron el mazazo. Quedaban 30 más relacionados para que los jueces decidieran si lo imputaban o los llevaban como testigos y nos cortaron las alas judicialmente.
Han sido muchos palos en las ruedas, pero continuamente se ve que no tiras la toalla, ¿te quedan esperanzas de que judicialmente se llegue a investigar?
–Claro que tengo esperanzas, si no ¿tú crees que iba a perder tiempo en esto con lo que a mí me quita y lo que yo trabajo y mi cabeza totalmente ida pensando continuamente en nuevas estrategias? Claro que tengo esperanzas. Hemos conseguido también el tema del ADN, que hay un centenar de familias aquí en Huelva que se han hechos las pruebas, por lo que, aunque judicialmente la cosa esté bloqueada, eso está abierto con las esperanzas para esas madres de que se produzcan reencuentros.
Hay recursos presentados hace ya bastante tiempo ante el Tribunal Constitucional, ¿consideras que se están alargando un poco en contestar?
–Bueno, el mío lo liquidaron en dos meses. De hecho, el procurador de Madrid me dijo que habían acabado conmigo en nada de tiempo, lo que no han hecho con nadie. Luego, hay otros dos casos presentados por prescripción y estamos a la espera desde hace más de un año. No sabemos absolutamente nada. Hay que esperar esa resolución. Con un solo caso que resolvieran, se reabrirían el resto de procedimientos cerrados por prescripción, y si se demostrara alguno se podrían enlazar con otros casos en los que aparecen mismos ginecólogos y matronas… Si se quiere investigar, se podría llegar a algo positivo para nosotros.
En caso de que el TC tumbe los casos, ¿qué estrategia os queda?
–La vía de Estrasburgo. Ya presentamos una denuncia al Parlamento Europeo, pero de momento no podemos ir a Estrasburgo porque no tenemos recursos económicos para nada; no tenemos ni sede. Para denunciar en Estrasburgo necesitamos de una serie de recursos con los que aún no contamos.
Más allá de la vía judicial y del ADN, ¿los afectados están recurriendo a otro tipo de estrategias?
–No. Los afectados dependen de mí, por eso la responsabilidad que yo tengo ahora no es poca, porque ellos están a la espera de lo que yo haga o deje de hacer. Está lo del ADN, que pueda producirse algún reencuentro, pero como también tenemos la mala pata de que los adoptados no quieren dar la cara... Son muy pocos los que la dan. Hay muchísimos aquí en Huelva que contactan conmigo pero no quieren dar ese paso por presiones familiares, o que están esperando a que los padres fallezcan.
¿Qué ganas tú con todo esto?
–Verdaderamente nada. Económicamente llevo puesto mucho dinero. Estoy implicada en todo esto por mi hermana, empecé sola mi búsqueda y luego busqué masa asociativa, unión, la fuerza que se necesita para tirar del carro. Pero sí he ganado la satisfacción de ayudar dentro de mis posibilidades a mis compañeros afectados y, sobre todo, a esas madres que se han sentido confusas, perdidas y sin saber caminar tras descubrir esa atrocidad cometida en el pasado.
De cara a los próximos tres años, ¿cuáles son los principales objetivos que se marca la asociación?
–Vamos a por todas. Como ya te he dicho, estamos a la espera del TC y dependiendo de los resultados iremos trabajando.
Aparte de los 150 afectados que aproximadamente tenéis localizados en Huelva, ¿sospecháis de que esta trama va más allá y hay más personas a la que pudieron robarle sus bebés en Huelva?
–Hay muchos más afectados. Han venido familiares y conocidos, lo que pasa es que están un poco confusos esperando a ver qué ocurre, si se reabren los casos, que se pueda demostrar judicialmente el robo de algún bebé…
En los casos que tú conoces, ¿crees a pie juntillas en todos o piensas que alguno es más bien paranoia?
–A ver, hay algunos más claros que otros, pero yo no soy juez de nadie. Yo simplemente asesoro y digo qué camino pueden coger.
¿Qué mensajes trasladarías a las familias que buscan la verdad y a los órganos judiciales?
–A las familias, que mantengan la esperanza, que no se aburran, que la batalla esta es muy larga. No podemos lograr en dos días lo que no se ha hecho en 40 años. Unión y fuerza es lo que necesitamos para llegar a buen puerto. Que no se rindan. Y a la Justicia, decirle que no nos está apoyando, que se está riendo de nosotros por la cara y que nosotros vamos a seguir peleando porque estoy segura de que algún día alguien nos escuchará.