Un abuelo en la memoria

No hace mucho “los abuelos no se dedicaban a llevar a sus nietos a las actividades extraescolares, sino que ellos eran las actividades extraescolares. Al menos yo lo recuerdo así”. Son palabras de David Robles, diseñador e ilustrador onubense que, tirando de recuerdos y alguna que otra fotografía marcada por la huella del tiempo, ha dado forma a ‘Recuerdos de mi primer Domingo’, una especie de novela gráfica cargada de dibujos de enorme calidad, pequeños textos explicativos y un hilo conductor sencillo y emocionante con el que inmortaliza el amor mutuo entre él y su abuelo, el superhéroe Domingo. 
Dice David Robles a Viva Huelva que este libro es como “un cuento para adultos, pero sin sexo”. Pero es mucho más. Es una historia tan particular como universal, un homenaje a la relación abuelo-nieto con el que cualquiera se puede identificar, un alegato a los juegos iniciales, a las travesuras consentidas y a la sensación de protección que nos hace sentir inexpugnables en esa etapa de la vida cuando la vida se nos muestra eterna. ‘Recuerdos de mi primer Domingo’ es la vida misma, y como la vida misma, la muerte se incluye y se dibuja con el vacío; pero también se incluye el recuerdo de un abuelo en la memoria que ha servido de inspiración para esta obra de arte con el que la editorial onubense ‘Señales de Humos’ celebra su puesta de largo cumpliendo con creces uno de sus principales objetivos, según relata el editor Manuel Minchón: “Trabajamos con una edición cuidada al máximo, con el objetivo de que se disfrute del libro desde que se coge en las manos. Queremos un sello editorial que sea identificable. No somos una editorial que lo publica todo. Editamos a fuego lento”.
La obra de David Robles inaugura también la colección ‘Lejano Oeste’, “con la que queremos hacer visible el producto literario de calidad de Huelva con ficción y novela gráfica”.
‘Señales de Humo’ ya está en la calle, y lo está muy bien acompañado. Como David con su abuelo Domingo, como el abuelo Domingo con su pequeño David, quien ahora en su madurez regala a los aficionados de la literatura gráfica un trabajo que ha nacido gracias a sus recuerdos, a su amor por su abuelo y al apoyo de decenas de personas que a través del ‘crowfunding’ han aportado unos 5.000 euros para que tome vida este fantástico proyecto editorial.