La festividad de La Candelaria ha reunido en torno a 5.000 pequeños durante la presentación ante la Blanca Paloma
El primer fin de semana de febrero constituye para todos los devotos rocieros una fecha importante, se celebra La Candelaria, una festividad en la que se enmarca uno de los momentos más esperados por miles de familias, la presentación de los niños ante la Virgen del Rocío para pedirle su protección.
Este año hace 25 años que la Hermandad Matriz de Almonte instaurara la también conocida como 'Fiesta de la Luz', con la que se rememora en la adela de El Rocío la presentación del Niño Jesús en Jerusalén, como marcaba la tradición de la época respecto a los primogénitos de cada familia.
Esta fiesta hace que anualmente el Santuario de la Blanca Paloma, situado a los pies de la marisma de Doñana, se llene niños que, junto con sus padres, protagonizan momentos marcados por la emoción.
La emoción encuentra su justificación en la fe que profesan a la Virgen del Rocío, ya que la presentación de sus hijos ante ella, supone un momento trascendental en sus vidas; es el instante en el que los más pequeños, ya sean recién nacidos o algo más mayores, oriundos o foráneos, quedan bajo abrigo.
La 'presentación' ha comenzado en torno a las 12:00 horas, tras concluir la misa de domingo y a partir de ese momento una auténtica riada de niños ha inundado el Santuario para pasar ante la Blanca Paloma.
Han sido alrededor de 5.000 niños, según las primeras estimaciones de la organización, los que este año han recibido la bendición en una ermita en la que como es tradicional no ha faltado la música de los Tamborileros de la Hermandad Matriz.
Las estampas que se han vivido en torno a ese momento no han diferido mucho de las de otros años, algunos pequeños ni se han inmutado; otros no han parado de llorar asustados por no entender lo que sucedía y algunos miraban atónitos, asombrados e incluso reían.
Todos ellos han recibido una estampa con una oración que certifica el haber participado en la presentación.
El programa litúrgico para la Candelaria comenzaba anoche, a las 20:00 horas con la celebración del Santo Rosario por las calles de la aldea presidido por el Simpecado de la Matriz.
Posteriormente, se procedió a hacer entrega del título de filial a las tres nuevas hermandades que se han incorporado este año a la familia rociera, las de Baeza (Jaén), Sabadell (Barcelona) y Garrucha (Almería), y a continuación se celebró la Vigilia Mariana y la exposición del Santísimo, que estuvo presidida por el reverendo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, llegado desde Italia.
Todos estos actos han hecho que este fin de semana la aldea almonteña haya vuelto a recibir la visita de miles de personas como ya ocurriera el pasado con motivo de la Peregrinación Extraordinaria de la Hermandad del Rocío de Triana.
Personas que han devuelto a la aldea imágenes propias de la romería, si bien en un ambiente mucho más familiar, que ha llenado las casas de cante, de convivencia y de amistad de nuevo en torno a la Virgen del Rocío.
La actividad no cesará cada fin de semana, con distintas peregrinaciones, hasta el mes de junio, concretamente los días 9 y 10, cuando se celebra la Romería de Pentecostés en un año que, además, viene marcado por un acontecimiento excepcional, que se produce cada siete años, la conocida como 'Venida de la Virgen' en la que la imagen abandona durante nueve meses su ermita, en la aldea, para permanecer en la parroquia de Almonte, más cerca de sus vecinos.