El Ayuntamiento de Castillo de Locubín ha aprobado el hermanamiento con la ciudad filipina de Baler, con lo que se rinde homenaje a Felipe Castillo Castillo, el soldado más longevo, fallecido en 1964, del destacamento español que ha pasado a la historia como 'los últimos de Filipinas.
El pleno municipal ha aprobado recientemente y por unanimidad este hermanamiento, con el que "se da respuesta a la vieja aspiración de afianzar los lazos históricos" que unen a ambas poblaciones, según explica el Consistorio en su perfil de Facebook, consultado por Europa Press.
En este sentido, recuerda que en Baler se produjo el último episodio de resistencia española en la Guerra de Filipinas y el soldado Felipe Castillo Castillo, natural de Castillo de Locubín, fue uno de los miembros del destacamento español asediado en el Sitio de Baler. Un grupo que sería posteriormente conocido como 'los últimos de Filipinas'.
En el acuerdo adoptado en la sesión plenaria se establece un protocolo de actuación firmado por los respectivos alcaldes, Cristóbal Rodríguez y Rhett Angara, fundamentado en la búsqueda activa de afinidades, que "podrán enriquecer la vida" en sus comunidades.
En base a lo cual, según el acuerdo, se pretende "sellar una relación basada en la amistad y la cooperación" sobre "la premisa de las memorias compartidas, el legado de afectuoso reconocimiento y los imperecederos valores universales demostrados tras el sitio de Baler, todo ello con el genuino deseo de contribuir a los mayores logros de paz para las generaciones actuales y venideras".
Igualmente, se recoge el compromiso de impulsar el conocimiento de este vínculo entre ambos municipios "para que puedan emplear plenamente sus posibilidades en la promoción de su desarrollo sostenible y en la mejora de la calidad de vida".
En el último contingente español que resistió en una iglesia de Baler durante 337 días, Felipe Castillo era el único jiennense. Durante el sitio murieron 19 soldados y padecieron toda clase de calamidades, sobreviviendo a base de alimentarse sobre todo de hierba, gusanos o lagartos.
Tras la firma del Tratado de París, que ponía fin a la guerra en 1898, el destacamento continuaría en la iglesia durante siete meses más, ante el ataque incesante de filipinos y norteamericanos. Finalmente, cuando se les terminó la comida y el agua, y tras conocer por unos periódicos depositados junto a la iglesia que España ya no tenía la soberanía sobre Filipinas, se rindieron el 2 de junio de 1899.
La joven república filipina aceptaría su capitulación con condiciones de honor que son "inéditas en la historia militar" y se les permitió su regreso a casa. En septiembre de ese mismo año llegaron a Barcelona los supervivientes, entre los que estaba Felipe Castillo Castillo.
Regresó a Castillo de Locubín y sería, de hecho, el más longevo de todos los integrantes del destacamento. El 'último de los últimos de Filipinas', como se le ha llegado a denominar. Murió en Martos en 1964 a los 87 años de edad.