No tenía cuatro años cuando Águeda Saavedra ya jugaba a ser bailaora. En la soleada Málaga, cuna de grandes de la danza y el baile como Rocío Molina o la mismísima Cañeta, crece artísticamente esta joven que vive para el baile, dedicándole horas y sueños.
El próximo 2 de marzo celebrará su puesta de largo en el Festival de Jerez, con una propuesta que ha titulado Venero, como sinónimo de inicio, de comienzo de una nueva etapa. La anterior está cargada de experiencias, de momentos impagables y de recorrido bien sembrado con maestros como Manuel Liñán, con quien pisó por primera vez este certamen hace diez años en Nómada, Marco Flores, el Ballet Andaluz de Flamenco o Mercedes de Córdoba, fundamental en su presente creativo.
El montaje que estrena nace de “la necesidad de comenzar, dejando atrás etapas personales y artísticas, dándome la oportunidad de ser a través de la aceptación, pero sobretodo de la ilusión”. A tenor de su corta edad, nació en el 1995, Águeda prueba y comprueba, dejando que su cuerpo “se libere de todo lo que no le corresponde”.
Y para esto el Festival es el laboratorio más efectivo, aquí su dirección ha sabido mantener la tradición pero ha dejado un espacio importante a la experimentación. Las nuevas generaciones, pues, se sienten arropadas por este festival que comenzó el pasado viernes 24 de febrero con el Ballet Nacional de España. “Siento un gran respeto por todos los que permiten que nosotros estemos aquí”, dice la bailaora.
Para esta gran ocasión, el “mejor de los equipos”. No podía faltar Mercedes de Córdoba, con quien participó como cuerpo de baile en Sí, quiero, obra que la hizo ganar el Premio Revelación que le permite estar este año en solitario. “Tenía claro quienes me debían acompañar, es fundamental sentirse en confianza tanto en el escenario como en lo personal con los compañeros porque ellos me ayudarán a contar lo que quiero en este estreno”.
La guitarra la asumirá Juan Campallo, el cante que sonará será el de Pepe de Pura y Jesús Corbacho, además contará con Paco Vega a la percusión y con José El Oruco al compás. “Con ellos sé que puedo caminar tranquila, son referentes en este mundo”, comenta la artista. Se para especialmente en Mercedes, porque“como he dicho, la confianza es la clave para partir desde un sitio honesto, ella me entiende y respeta mucho mis tiempos, y eso era muy necesario. Lo mismo me ocurre con Juan Campallo, con una dirección musical impresionante que nos permite navegar por su mundo, es un regalo”. El repertorio de Venero camina por el taranto, alegrías, seguiriyas y la soleá, que nunca falta.
Como se apuntaba anteriormente, Águeda no es la primera vez que pisa el Festival, aunque recalca que hacerlo en solitario “puede darte buenos frutos, pues por aquí han pasado las grandes figuras de los últimos años y pienso que es un gran escaparate”. Concluye.
