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Jerez

La familia de Marcos Carribero acusa al SAS de “graves negligencias”

Han presentado una reclamación por la "deficiente asistencia sanitaria" que consideran que han prestado al menor y que le han dejado lesiones paliativas

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  • Los padres de Marcos reclaman daños y perjuicios al SAS. -

La familia de Marcos Carribero, el niño jerezano que tuvo que viajar a Boston para tratar su cardiopatía severa y que se ha ganado el corazón de toda la ciudad, ha presentado una reclamación de “daños y perjuicios” al Servicio Andaluz de Salud por la “deficiente asistencia prestada” al detectar supuestamente hasta tres “graves negligencias” en las intervenciones realizadas al menor. Sus padres, Juan y Ana María, consideran que el SAS es responsable de no  sólo de los daños físicos que le han causado, con única posibilidad de intervenciones paliativas, sino de la discapacidad física-psíquica del 82% con uso permanente de silla de ruedas que le ha quedado a su hijo.

Las presuntas irregularidades detectadas por la familia de Marcos se remontan cuando aún no había venido al mundo. “Mi mujer estaba supercontrolada porque era de alto riesgo y le hicieron muchas ecografías, tanto por la Seguridad Social como de pago y nadie se dio cuenta de la cardiopatía congénita. Si a las diez   semanas lo primero que se forma es el corazón del niño deberían haberlo detectado”.  Sólo a los 15 días Marcos era sometido a la primera intervención. Le quedarían decenas de ellas.


Según relatan los padres, las complicaciones comenzaron en la segunda operación que le realizaron a los dos años. “Cuando estaba en la UCI nos avisan de que el niño estaba convulsionado  porque le había dado fiebre.  Al otro día lo notamos raro, tenía los ojos hinchados y vueltos, y le dijimos al médico que Marcos no entró así en el quirófano. Antes de entrar  se despidió de nosotros y nos dio un beso Tenía un problema del corazón pero no de la cabeza”, se queja.


Como relata su padre, la falta de oxígeno le provocó una encefalopatía postanóxica motivada a la falta de oxígeno que sufrió durante la intervención y no fue a los 20 días de la operación cuando tras insistir en que notaban raro a su hijo, un oculista comprobó que los problemas para ver del menor eran más graves de lo que parecían. Como consecuencia, Marcos sufre una lesión irreparable.


Pero su denuncia no cesa aquí, según relata Juan, en otra de las intervenciones que le realizaron en el Hospital Virgen del Rocio de Sevilla para corregir el funcionamiento de una válvula de de derivación que inicialmente desembocaba en el peritoneo, se dejaron un catéter en el interior de su cuerpo, lo que le provocó una tumoración por la que tuvo que volver a pasar por el quirófano y que le ha acarreado infinidad de molestias. De hecho, ahora han podido saber que en el historial clínico de su hijo de 2009 existe una recomendación médica de “no reanimar en caso de deterioro”.

¿Por qué ahora? El motivo de que los padres de Marcos hayan tardado tanto obedece a que no ha sido hasta hace pocos meses cuando han tenido acceso al historial médico completo de su hijo que tuvieron que solicitar a la Junta a raíz de su intervención en Boston. Cuando lo leyeron detenidamente y se asesoraron, se llevaron las manos a la cabeza. Ahora piden justicia y están dispuestos a llegar hasta el final.

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