Muy tensionada resultó la reunión que en la tarde de ayer celebró el grupo de diputados del PSOE y que terminó tarde y con una ruptura frontal entre las dos corrientes, una encabezada por José María Román con el apoyo del grupo de diputados cercano al sector pizarrista, y la otra por la secretaria general, Irene García, que durante los últimos días ha mantenido diversos contactos con Román para planificar la estrategia del grupo, por un lado, y modificar las asignaciones que designa el grupo.
El PSOE de Cádiz, con un ERE interno planteado, debate si incorporar como liberada a la actual secretaria de organización, Isabel Armario, en sustitución de Ismael Vaca, a lo que se oponía el sector pizarrista. En eso, en materia de renovaciones de contratos que se han producido en los últimos días y, sobre todo, en estrategia común de cara a visitar las agrupaciones locales no han logrado ponerse de acuerdo tras el intenso y agresivo debate que se produjo en la tarde noche de ayer y que concluyó con una ruptura total entre las dos facciones hasta el punto de que finalmente la ejecutiva provincial decidió y comunicó ayer la decisión de proponer que la portavocía del grupo sea para Irene García, lo cual deberá ser llevado a votación.
Y llegado a este punto se contabilizan seis en cada bando, lo que sitúa el enfrentamiento entre los dos sectores que han cohabitado en Cádiz al nivel de los últimos meses. No obstante, “no hay marcha atrás” comentaban ayer fuentes cercanas a Irene García.
Hasta ahora el portavoz, tras el acuerdo al que se llegó antes del congreso provincial, es José María Román, ex alcalde de Chiclana, que desde el congreso local de Chiclana y el enfrentamiento que allí se produjo con el sector opositor encabezado por Jiménez Barrios, mantiene una disputa interna al sentirse “defraudado” con la corriente a la que apoyó y que ahora, en vista de la tensión y de la imposibilidad de llegar a acuerdos, planteará a través de la ejectutiva que la portavocía y con ella el control del grupo sea para Irene García.
