Arte y botas de vino se maridan juntos en Jerez

El arte y las botas de vino han logrado un maridaje perfecto en Jerez, a través de un proyecto en el que la pintura contemporánea encuentra un especial soporte lleno de historia y trascendencia en estas botas.

El proyecto ‘Art/on. Arte y Tonelería’ unifica el viejo y noble oficio de la tonelería con la creación artística, de forma que una serie de artistas intervienen plásticamente una serie de botas jerezanas, creadas por la empresa tonelera Tevasa.

Esta particular colección permanece expuesta en la Bodega San Ginés del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jerez, Xerez, Sherry y Manzanilla de Sanlúcar, ubicada en el municipio gaditano de Jerez de la Frontera.

Este próximo miércoles, la exposición sumará dos nuevas botas a la colección, diseñadas por los artistas Carmen Chofre y Pepe Baena, y que compartirán sala con las ya creadas hasta la fecha por José Manuel Reyes, María Luisa Rey, Juan Ángel González de la Calle, Pepe Márquez, Jesús Rosa y Manuel del Vall, Belén Mazuelos, Mercedes Santos y Pedro Cuadra, artistas que ocupan los primeros lugares en los circuitos artísticos.

En una nota, el Consejo Regulador ha explicado que los dos nuevos artistas que han pintado estas botas son "autores importantes que están dando especial sentido al arte que se hace en la provincia de Cádiz".

Carmen Chofre es una artista sevillana, afincada en Jerez, profesora de la Escuela de Arte y autora de una lúcida pintura "donde la realidad encuentra su mejor acomodo en unas creaciones abiertas que testimonian la atemporalidad del buen arte figurativo".

Por su parte, Pepe Baena, artista nacido en Cádiz, cuenta con una especial proyección gracias a una pintura fresca que "eleva a la máxima categoría de la representación los más íntimos y entrañables elementos que nos rodean".

Poco a poco, ha valorado el Consejo Regulador, ‘Art/on. Arte y Tonelería’ se va configurando como una importante colección de arte que, entre otras circunstancias, pretende llegar hasta los lugares donde las botas, envinadas con los caldos de Jerez, son realidades comerciales.

Cada bota cuenta además con la publicación de un libro sobre el autor de la misma, realizado por el crítico Bernardo Palomo, quien se encarga de hacer el recorrido a los visitantes que se acercan a conocer esta exposición.