Los submarinistas del Grupo especial de actividades subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil han reanudado este viernes la búsqueda de los restos de la mujer colombiana de 46 años a la que su expareja, que ya ha confesado el crimen, decapitó en Marbella.
Tras asesinarla, le cortó la cabeza y las manos y las arrojó al mar con intención de dificultar su identificación en caso de que se encontrase el cuerpo, como finalmente así ha sido.
Los agentes han reiniciado la búsqueda a primera hora de la mañana de este viernes, junto a una patrulla del Servicio Marítimo del Instituto Armado que les da apoyo, y la mantendrán con relevos, si es preciso, mientras existan posibilidades de encontrar los restos.
Aunque la realidad es que localizar la cabeza y las manos es como “buscar una aguja en un pajar”, han indicado a EFE fuentes cercanas a la investigación del caso, que se ha confirmado como violencia machista.
El cadáver decapitado y mutilado apareció en una playa entre Elviria y Las Chapas, en la zona residencial de Marbesa, cuando podría llevar sin vida entre 24 y 36 horas.
El análisis de ADN, realizado por los laboratorios de criminalística de la Guardia Civil, han confirmado que el cadáver hallado corresponde a una mujer desaparecida hace unos días y cuya expareja -también colombiano, de 45 años- confesaba este jueves que la mató.
Los investigadores han realizado este jueves una reconstrucción de los hechos en el enclave de la costa marbellí donde -según declaraciones del autor confeso- acabó con la vida de la mujer y arrojó su cuerpo al agua.
En relación a este crimen se ha detenido a una segunda persona, un amigo del asesino confeso, como presunto coautor de los hechos y que al parecer habría llevado al hombre y a la víctima -aun con vida- al lugar donde sucedieron los hechos.