José Antonio Robles lleva desde hace un año recorriendo los 103 pueblos de Málaga con su Vespa. La iniciativa nació al mezclar dos de sus aficiones, el amor por la PSK roja de su tío y por su tierra.
Ahora, a falta de una veintena de municipios, el malagueño tiene otro sueño: materializar su aventura en una guía.
La primera protagonista de la historia es la Vespa. “Lleva en mi casa toda la vida”, aseguró. Hace unos 30 años, su tío la compró y, tras quedar encerrada en un garaje, volvió a la cabeza de Robles, que se empeñó en restaurarla. De eso ya han pasado cinco años y, desde entonces, no ha dejado de salir y aficionarse.
La estética vintage de su proyecto lo lleva a encontrar el encanto de lo pequeño: “Me empapo de olores, de cerdo o de olivas, y me sorprendo, muchas veces, con ciervos saltando delante de mí. Te pasan cosas muy bonitas”, muchas de ellas, según defendió, que solo se pueden conocer viajando en moto.
Otro de los elementos esenciales de la iniciativa son los pueblos malagueños. “Mi abuelo es de Coín y cuando llegó a la capital, lo conocían como el cateto. Era un hombre de pueblo, sin cultura, que apenas sabía leer. Todo el mundo se reía de él, pero montó un restaurante”, dijo.
En uno de los pueblos se topó con dos hombres, “de los que suelen estar sentados en las placitas, de unos 90 años”, que quedaron entusiasmados con la iniciativa. “En ese momento pensé que no había forma de explicarles que, para verme, tenían que ir a Facebook. Es una injusticia. Y por eso les prometí que, cuando acabara y pudiera editar un libro, se lo llevaría”, concretó.
