La totalidad de sus miembros criticaron con distintos matices la visita del ministro de Seguridad como un acto de provocación capaz de inflamar las tensiones
Israel reivindicó hoy ante el Consejo de Seguridad de la ONU el derecho de sus ciudadanos y de todos los judíos del mundo a rezar en la Explanada de las Mezquitas, en respuesta así a la totalidad de países que hoy criticaron en el Consejo la última visita a ese lugar del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, el pasado martes.
China y Emiratos Árabes Unidos habían convocado una sesión urgente del Consejo para tratar esta cuestión, y la totalidad de sus miembros criticaron con distintos matices la visita de Ben Gvir como un acto unilateral de provocación capaz de inflamar las tensiones tras un año especialmente violento en los territorios palestinos.
Entre los argumentos más repetidos hoy por todos los países -también por Estados Unidos, el gran aliado de Israel, aunque fuera de forma más alusiva- estuvo el del necesario respeto al statu quo de la Explanada de las Mezquitas, un lugar sagrado para las tres religiones monoteístas con un estatus muy definido sobre los derechos de cada credo.
El embajador israelí Gilad Erdan, en un tono muy airado, no llegó a denunciar explícitamente ese statu quo -que forma parte de los acuerdos de paz- pero recordó que en ese lugar se encuentra el Muro de las Lamentaciones -"el lugar más sagrado para mi pueblo", proclamó, tras asegurar que forma parte del Templo de Salomón, un hecho no confirmado por la arqueología-.
"Cada judío tiene derecho a visitar este lugar", insistió y se quejó de que "solo 30.000 a 40.000 judíos" tengan derecho a entrar en ese lugar cada año, según condiciones muy estrictas, mientras que "millones de musulmanes" lo hacen.
Por ello, consideró que "la pacífica visita -la de Ben Gvir- de apenas 13 minutos fue un ´no suceso´", y convocar al Consejo para ello equivalía a seguir "una insidiosa trama".
Antes que Erdan, habían tomado la palabra todos los miembros del Consejo para pedir a las partes, pero sobre todo a Israel, abandonar la retórica incendiaria y abstenerse de pasos unilaterales y de provocaciones que pueden atizar la tensión en la zona.
Por su parte, el embajador palestino, Ryad Mansour, no pareció satisfecho con las advertencias de la comunidad internacional a Israel, que según él quedan en papel mojado: "Lo que nos importa no son las palabras, sino lo que van a hacer a continuación. Israel -afirmó- no va a parar hasta llevar a cabo toda su agenda".
Contrariamente a la visita de Ariel Sharon a la misma Explanada de las Mezquitas en el año 2000, que fue el detonante de la llamada "Segunda Intifada", la visita de Ben Gvir no se tradujo en una oleada de violencia, pero sí ha generado una reacción internacional de protesta por esos hechos.