Un policía chino que se disfrazó de repartidor de comida después de que una plataforma de entrega recibiera una nota suicida adjunta a un pedido ha sido elogiado por quizá haber evitado la muerte de un joven, informaron medios locales.
"Esta será mi última comida, y quiero que sea abundante", decía a finales de julio una nota adjunta a un pedido de comida a domicilio, que señalaba como lugar de entrega la azotea de un edificio residencial de la provincia oriental de Shandong.
El repartidor alertó inmediatamente a la Policía, que formuló un plan para tratar de evitar que el hombre siguiese adelante con sus planes, recogió recientemente la publicación especializada Legal Daily.
Un policía de 24 años, Wen Jialin, se puso el uniforme y el casco de repartidor y llevó el pedido a la dirección indicada.
El cliente llamó para preguntar por su pedido y Wen siguió interpretando el papel de repartidor.
Al llegar a la azotea, el hombre recogió su comida, tras lo cual Wen lo abrazó rápidamente y lo llevó a una zona segura en la planta baja mientras lo consolaba, recogió el medio.
"No tengas miedo. Hablemos juntos de lo que te preocupa", le dijo al joven.
La Policía local descubrió más tarde que el joven de 18 años había tenido una disputa con sus padres que lo había llevado a contemplar el suicidio y a pedir la "última cena".
Las redes sociales del país asiático elogiaron al policía y al repartidor por su ingenio y su rápida actuación.
Los especialistas remarcan que las muertes por suicidio nunca tienen un único detonante, sino que son el resultado de factores psicológicos, biológicos y sociales que tienen tratamiento. Las personas con conductas suicidas y sus allegados tienen a su disposición servicios sanitarios y teléfonos de emergencia donde pueden recibir ayuda.